Crítica de cine ‘Young Adult’: Viaje a ninguna parte

El guión de Young Adult viene firmado por Diablo Cody, la ganadora del Oscar por Juno.

Cody es una mujer muy inteligente que ha sabido vender una imagen concreta: la de guionista aparentemente moderna, atrevida, revolucionaria. Aunque sus trabajos poco tengan de modernos, atrevidos o revolucionarios.

Además, se ha hecho de sí misma una media darling, es decir, ha seducido a la prensa gracias a su desparpajo y simpatía.

No obstante, y a pesar del Premio de la Academia que logró por Juno -que fuera merecido o no, es otro cantar-, Cody aún tiene que demostrar que puede escribir un libreto perfecto, libre de las constricciones de un estilo que la limita considerablemente a ella y a las películas resultantes.

Si en Juno la voz de Cody se dejaba oír a través del personaje principal encarnado por Ellen Page (convirtiendo al resto de intérpretes en simples marionetas al servicio de la personalidad dominante y condescendiente de aquella), en Young Adult, que la reúne con el mismo director, Jason Reitman, esa misma voz aparece más balanceada con el resto de protagonistas.

Lo que, en este caso, no es precisamente una ventaja, porque prácticamente ninguno de ellos merece atención o aprecio alguno.

Me explico: en Young Adult asistimos a una serie de escenas con varios personajes que carecen de carisma, entusiasmo y evolución intelectual o emocional.

La historia se centra en Mavis Gary (Charlize Theron), una escritora de novelas juveniles aún enamorada de Buddy Slade (Patrick Wilson), el amor de su juventud, quien ahora está felizmente casado con Beth (Elizabeth Reaser), la madre de su bebé recién nacido.

Mavis hará todo lo que está al alcance de su mano para seducir de nuevo a Buddy, y así poder iniciar una nueva vida.

Esta es la base argumental de Young Adult, y ahí se queda, en un mero punto de partida que no conduce a ninguna parte.

Sí, hay elementos logrados, como esa triste y abrumadora imagen de un medio-oeste norteamericano invadido por Wal-Marts y Kentucky Fried Chickens (Reitman, como ya hiciera en su maravillosa Up in the Air, retrata con ojo crítico un país que, al mismo tiempo, adora con entusiasmo); la relación entre Mavis y Matt (Patton Oswalt) que, no obstante, termina en una resolución absolutamente ilógica; y la comida que la protagonista tiene con sus padres (Jill Eikenberry y Richard Bekins).

Pero salvo por una actuación extraordinaria por parte de Charlize Theron -capaz de expresar un desprecio absoluto por la mujer asiática que le cuida sus uñas tan solo con una simple mirada-, Young Adult, clasificada R, se queda a medio camino de lo que quiere decir que, al fin y al cabo, no es tanto ni tan complicado.