Capitán es acusado de homicidio
Los buzos de los servicios de rescate siguen hallando más víctimas
ROMA. – Un oficial de guardacostas le ordenó enérgicamente al capitán de un buque escorado que regresara a la nave para supervisar la caótica evacuación, pero éste se negó en forma reiterada, según una escandalosa grabación de audio difundida el martes.
Los fiscales han acusado al capitán Francesco Schettino de homicidio involuntario, causar un naufragio y abandonar la nave antes de evacuar a todos los pasajeros debido al encallamiento del crucero Costa Concordia frente a la costa toscana el viernes por la noche.
La cifra confirmada de muertos se elevó a 11 luego de que buzos de la Armada retiraron cinco cadáveres de la nave.
El Costa Concordia transportaba a más de 4,200 personas cuando encalló en un arrecife frente a la isla toscana de Giglio. Schettino se había desviado del rumbo programado sin autorización.
Schettino ha insistido en que permaneció a bordo hasta concluir la evacuación, pero la conversación grabada con el capitán de guardacostas Gregorio De Falco indica que huyó antes del desembarco de todos los pasajeros.
El número de muertos del naufragio aumentó el martes a 11. Los buzos de los servicios de rescate italianos localizaron otros cinco cadáveres en los restos del crucero, una mujer y cuatro hombres de entre 50 y 60 años de edad que, con los chalecos salvavidas puestos, se encontraban en la parte de la popa del barco sumergida bajo las aguas. Estas cinco víctimas se suman a las seis encontradas en los últimos días, entre ellas el turista español Guillermo Gual y el peruano miembro de la tripulación Thomas Alberto Costilla Mendoza.
De momento, 22 personas que viajaban a bordo del crucero continúan desaparecidas.
Entre ellas la también peruana Erika Soria, de 26 años, que trabajaba de camarera en el “Costa Concordia”.
En la lista de desaparecidos divulgada por las autoridades italianas, que han constituido una unidad de crisis en la localidad de Grosseto, Italia, figuran, entre otros, seis italianos (entre ellos una niña de 5 años), una decena de alemanes y dos estadounidenses.
“Vuelva a bordo y diga cuánta gente hay. ¿Está claro?”, vocifera De Falco en la cintagrabada.
Se escucha a Schettino responder que el barco se está inclinando y que todo está oscuro. Dice que en ese momento se encuentra a bordo de un bote salvavidas desde el cual coordina el rescate.
En ese momento, se encontraba con su segundo al mando en un bote salvavidas y dijo que coordinaba el rescate desde allí. También dijo que no regresaba al buque porque “porque el otro bote está detenido”. Pasajeros han dicho que muchos botes salvavidas del lado de babor no fueron bajados al agua después del naufragio.
De Falco vocifera: “¿Y qué hay con eso? ¿Quiere irse a su casa, Schettino? ¿Está oscuro y quiere irse a casa? Suba a la proa de ese barco con la escalera de mano del piloto y diga qué se puede hacer, cuanta gente hay y qué necesitan. ¡Ahora!”.
“Vuelva a bordo. Se lo ordeno. No busque más pretextos. Ha llamado a abandonar el barco, ahora yo estoy al mando”, grita De Falco.
En determinado momento, De Falco promete: “Voy a asegurarme de que usted la va a pasar mal… Voy a hacerle pagar por esto. ¡Vaya a bordo (obscenidad)!”.
Luego se escucha que Schettino acepta regresar a bordo, pero no estaba claro si lo hizo.
Schettino, de 52 años, descrito por la prensa italiana como un oficial amable y curtido, trabaja desde hace 11 años para la empresa y ascendió a capitán en 2006. Es oriundo de Meta di Sorrento, cerca de Nápoles, de donde provienen muchos capitanes de cruceros y transbordadores. Asistió a la escuela de la marina mercante Nino Bixio, cerca de Sorrento.
Schettino relató su versión de los acontecimientos ante los fiscales y el juez en una audiencia preliminar que debía determinar si permanecía en la cárcel, como pidió la fiscalía. El juez demoró la decisión. El oficial podría ser condenado hasta 12 años de cárcel por abandonar el barco.
Su abogado, Bruno Leporatti, dijo en la audiencia que después de chocar contra los arrecifes, Schettino maniobró para acercar al buque a la orilla, con lo cual salvó “cientos, acaso miles de vidas”.
Sin embargo, varios pasajeros dijeron que la evacuación fue caótica.
Steve y Kathy Ledtke, de Fort Gratiot, Michigan, dijeron a la televisora WDIV que estaban a punto de cenar el viernes cuando advirtieron que algo andaba muy mal.
“Fue un caos total y un sálvese quien pueda”, dijo Kathy Ledtke. “Nadie sabía dónde ir”.
En tanto, la empresa holandesa especializada en salvamentos Smit, dijo que sus ingenieros y buzos tardarían entre dos y cuatro semanas en retirar los 1.9 millones de litros de combustible del buque. Esta tarea es la segunda en importancia luego del hallazgo de los desaparecidos, ya que el naufragio se produjo en un santuario de delfines y ballenas.
Las etapas preliminares del retiro de combustible podrían comenzar el miércoles si lo aprueban las autoridades.