Trasladan a Fernández a prisión estatal

Hace apenas unas horas, la ex comisionada puertorriqueña Mildred Fernández ingresó a Lowell, una institución penal estatal en el condado Marion.

Fernández, de 66 años, comenzará a purgar una sentencia de 22 meses a raíz del caso de corrupción pública del que fue acusada en abril del 2010.

Del delito más severo se declaró sin oposición en noviembre de 2011, evitando ir a juicio por cargos de aceptar más de $5,000 en efectivo para su campaña por la alcaldía de Orange, a cambio de favorecer un proyecto de desarrollo, según se desprendió de la investigación.

Previo a su traslado, Fernández habría recibido la visita de su hija Marielle Ascencio dos días por separado, en la cárcel del condado Osceola, donde fue transferida de la que se ubica en Orange horas después de su condena, para evitar conflictos de interés y conducta impropia de parte del personal de la penitenciaría.

“Cada vez que una persona es traída a la cárcel que ha tenido influencias anteriormente con el sistema, esa persona se traslada a una de las cárceles vecinas en Seminole o en Osceola, para evitar dar cualquier impresión de favoritismo o trato especial”, dijo Allen Moore, portavoz del Departamento de Correcciones del Condado Orange.

Su abogado Anthony Suárez, mantuvo durante todo el proceso criminal que su clienta, a quien considera una amiga, no tenía idea de que el sobre que le fuera entregado contenía efectivo y que la transacción ocurrió fuera de su oficina municipal.

Sin embargo, el estado mostró como evidencia un vídeo en el que Fernández le dice a un encubierto que se hace pasar por urbanizador que “ha ganado acceso” en la segunda parte de su audiencia de sentencia el 9 de febrero.

Suárez corteja la posibilidad de apelar la condena y de que Fernández se declare indigente ante el tribunal.