Vigente y activa lucha en Arizona

Grupos a favor de inmigrantes detallan estrategias y planes para marcar la diferencia

La presidente de la Coalición de Arizona por el Dream Act, Dulce Matuz, hablaba con sus seguidores a través del megáfono en una manifestación días atrás. En el fondo, la activista, Dolores Huerta.

La presidente de la Coalición de Arizona por el Dream Act, Dulce Matuz, hablaba con sus seguidores a través del megáfono en una manifestación días atrás. En el fondo, la activista, Dolores Huerta. Crédito: EFE

PHOENIX, Arizona.- Unos cuanto días después del debate de los precandidatos republicanos en la cercana ciudad de Mesa, un grupo de jóvenes activistas y líderes de un movimiento latino proinmigrante se encerraron en un pequeño salón de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) en Phoenix a marcar estrategias y compartir información.

Entre ellos estaba Dee Dee García Blasé, exrepublicana, ahora independiente y fundadora del Partido Tequila Nacional, una organización que pretende registrar votantes y movilizar apoyo hacia la causa pro inmigrante.

“Cuando registramos votantes, no nos importa en qué partido se van a registrar, pero estamos notando que la gran mayoría de nuevos votantes latinos en nuestros eventos se registra demócrata”, explica Blasé. “Estamos hablando de nuevos votantes en centros universitarios”.

Alrededor de la mesa estaban Erika Andiola, de DRM Group, un nuevo grupo de acción política directa formado por Dreamers (jóvenes indocumentados en su mayoría, que abogan por la aprobación del Dream Act), Dulce Matuz, presidenta de la Coalición del Dream Act de Arizona, Isaí Juarez, coordinador nacional del Tequila Party y Adolfo Salazar, un empresario local, hijo y nieto de inmigrantes.

Todos tienen un papel que jugar en la lucha por lograr que el público estadounidense se ponga de su lado y presione a sus políticos, demócratas o republicanos, a aprobar una medida que logre facilitar la educación y la integración de millones de jóvenes indocumentados, que fueron traídos a este país por sus padres cuando eran aún muy pequeños.

Salazar es nacido en Estados Unidos, pero sus padres y abuelos fueron inmigrantes mexicanos. El joven llegó con 700 dólares en mano para contribuir a los gastos de funeral que aún debe la familia de Joaquín Luna, el joven de Mission Texas que en noviembre pasado se suicidó de un tiro en la cabeza producto de una depresión por su situación legal.

“Simplemente vi que se trató de alguien que fue sobrepasado por su situación. A cualquiera nos puede pasar. También porque soy hijo y nieto de inmigrantes y yo quiero hacer algo para ayudar a que estas oportunidades estén disponibles para estos jóvenes”, dijo Salazar, quien es oriundo de Panorama City, en el Valle de San Fernando, pero ahora vive en Phoenix.

Mientras el próximo martes los partidarios republicanos de Arizona votarán por uno de los cuatro candidatos disponibles, todos los cuales se oponen al Dream Act, estos grupos se organizan para tener un efecto político a varios niveles.

Matuz explica que su organización está registrando votantes en colegios comunitarios y yendo puerta por puerta. Explica que una cierta apatía tradicional de los votantes latinos en Arizona se ha visto contrarrestada por la rabia. La rabia ante la Sb 1070.

“Los latinos tienden a involucrarse más cuando algo los enoja o los motiva”, dijo la joven líder. “Ahora mismo, el motivador es esta ley y tenemos que aprovechar este momento para activar estos votantes, educar a nuestra comunidad sobre quienes están con nosotros y quienes no”.

Isaí Juarez es otro graduado de ASU, nacido en Estados Unidos, que en un momento dado no estaba seguro de apoyar el Dream Act. Se acercó a algunos activistas y se convenció del beneficio para el país, dice.

“Llegué a darme cuenta de que estos muchachos no tuvieron nada que ver con la manera en que vinieron y que ellos merecen una oportunidad”, dijo Juárez.

El pequeño grupo también recibió la visita de Eve Nuñez, una líder evangélica local, exactivista del Sindicato de Campesinos. “Vengo a apoyar”, dijo Nuñez. “Voy a hacer todo lo posible para empujar el Dream Act. Y también quiero rezar por los “dreamers”, estoy segura de que su sueño será realidad algún día”.

El grupo discutió mensaje, estrategia y en qué concentrarse en los próximos meses. Blasé es partidaria de enfocarse en la presión sobre el senador de la Florida Marco Rubio y sobre Lamar Smith, el senador que detiene todas las medidas proinmigrantes que llegan al Congreso.

“Uno, tenemos que forzar a Rubio a que tome una posición real, por el momento todo es superficial”, dijo Blasé. “Dos, tenemos que trabajar para contrarrestar la oposición de Smith, él es el mayor obstáculo”.

El National Tequila Party está organizando actividades de “veto” a Mitt Romney, precandidato republicano que prometió vetar el Dream Act si llega a la Presidencia.

Andiola, otra graduada de ASU y también indocumentada, indica que hay que presionar igualmente a los demócratas. Habla de congresistas locales de Arizona, como Ed Pastor, que “votan en favor del Dream Act pero que no toman un papel de liderazgo activo sino permanecen en el background”.

La joven continuó indicando que “hay que dirigir la presión hacia el Presidente Obama, asegurarnos que no sólo nos promete de nuevo su apoyo sino que una vez reelecto no nos olvida de nuevo, como pasó en 2008”, indicó.

Al final, el grupo acordó también añadir a la lista de objetivos el conseguir más becas para los Dreamers. “Lo que realmente nos falta es más apoyo financiero”, dijo Matuz.

Al final, Blasé da por terminada la reunión y sale con su carpeta en mano. “No podemos parar, tenemos que seguir trabajando”.

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