Pelea su sitial en industria zapatera
Estiman que 200 mil trabajadores en Guanajuato pueden ser despedidos tras ser eliminado gravamen a la producción china
LEÓN, México.- La Plaza del Zapato es un vaivén de jóvenes consumidores. “Vine para comprar un par y me llevo siete”, dice Ariadna Vélez, una contadora oriunda del vecino Querétaro, quien es parte de un nuevo mercado que pelean los fabricantes de esta ciudad, la principal productora de calzado en el país, a sus archienemigos chinos.
“Estoy muy sorprendida porque antes los zapatos de Guanajuato eran muy aburridos, pero ahora están a la moda, son cómodos y baratos”, describe con entusiasmo la muchacha.
Igual que muchos estadounidenses desconocen que muchos de los tacones, botas y sandalias que llevan son maquilados aquí, Vélez tampoco sabía que marcas como Flexi, Emico, Andrea, Capa de Ozono Pyma Export, Coloso, Sandi, Brantano, Ensueños y otros éxitos en el mercado mexicano y latinoamericano son fabricados por los leoneses y sus alrededores.
Con una producción anual de 244 millones de pares de calzado, México se ubica en el octavo lugar a nivel mundial, 70% de ellos por el tesón de esta pequeña entidad de poco menos de cinco millones de habitantes que subsisten básicamente de la industria que hoy tiene al enemigo en casa.
El 11 de diciembre pasado terminaron las medidas de transición que firmaron en un pacto México y China en 2008 en el que se impuso a los asiáticos un gravamen adicional de hasta 120% sobre 200 fracciones arancelarias.
Una vez eliminadas, la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG), prevé un gris escenario que incluye el despido de 200,000 trabajadores sólo en León.
Los empresarios del ramo exigen a la Secretaría de Economía una cuota compensatoria del 35% a los chinos entre otras medidas legales que prefieren no revelar para no entorpecer una demanda por lo que consideran una competencia desleal. “Allá (China) no se paga seguro social ni seguro de vivienda ni tantos impuestos como en México”, afirma Martín Dueñas, presidente de CICEG que cocina el ataque jurídico y la presión política internacional que busca alertar sobre el gigante de Asia que con una fabricación sin restricciones de 3,000 millones de zapatos al año “puede calzar al mundo”.
Aún con las desventajas, los zapateros mexicanos no han desestimado el bien que ha hecho la globalización: la calidad.
Desde las oficinas de CICEG, ubicadas en un sencillo edificio de cristal en el boulevard Adolfo López Mateos, Rocío Acevedo, directora de Desarrollo Empresarial y Moda, reconoce que ahora son los clientes y el mercado los que deciden cómo serán los zapatos que quieren llevar.
“Antes lo decidía el productor, pero el internet que pone a todos al día y, por supuesto, la competencia vino a revolucionarnos”.
Los leoneses se desempolvaron y salieron al mundo. En el 2000 comenzaron a estudiar el mercado y nueve años después crearon el Centro de Innovación y Competitividad que monitorea diariamente a 51 países.
No solo China está en la mira como destacado. También Sudáfrica, Egipto, Rusia, India, Tailandia, Vietnam, Indonesia, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Argentina, Chile y todos los estados de la Unión Europea.
“Tenemos 1,800 fuentes que nos dicen lo que está pasando y hacemos boletines semanales y mensuales para todos los socios sepan a lo que se enfrentan”, precisa Óscar Sojo, director del proyecto.
Los leoneses descubrieron en estos años la importancia de la asociación. “Si no te unes, te destruyen”, resume para explicar el trabajo conjunto que actualmente realizan con otras áreas del gremio como la Cámara Industrial de la Curtiduría con la que mantienen un programa por la calidad.
A través de modelos de entrenamiento gerencial para pequeñas y medianas industrias certifican la calidad del proceso de producción y la capacitación de productores.
Los dueños de pequeños talleres –de los que se nutre la industria del calzado- muchas veces ni siquiera podían determinar si ganaban o perdían dinero y mucho menos ponían atención en las tendencias de la moda: si en la temporada otoño- invierno se popularizarían las botas de punta en pico o chatas; si predominaría lo sintético o la piel, si llevarían agujetas, ojillos, cierres, herrajes…
“Hoy vamos a ferias internacionales y sabemos lo que se impondrá: estamos al día”, dice Mario Méndez, el consultor de CICEG que realiza los viajes. “Y el resultado está aquí”.
Mario señala como ejemplo en su computadora un tenis blanco con aplicaciones fluorescentes que será el boom de los colores en los siguientes meses, según las tendencias mundiales, pero más allá de su escritorio están otros resultados igual de satisfactorios: la felicidad de muchos clientes en la Plaza del Zapato.