Obama promete investigar masacre de civiles afganos
Gran indignación causó en ese país la muerte de las 16 personas
WASHINGTON, D.F. (EFE).- La matanza de 16 civiles afganos ocurrida el fin de semana, realizada por un soldado estadounidense, socava la base de una guerra que una mayoría de los estadounidenses ya pensaba que no valía la pena pelear.
Sin embargo, el gobierno del presidente Barack Obama y sus aliados insistieron que el horroroso episodio no acelerará los planes de retirar a las fuerzas extranjeras.
Obama calificó el episodio como “trágico” y la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton lo llamó simplemente “inexplicable”.
En una entrevista para la televisión, Obama dijo que los asesinatos subrayan la necesidad de entregar a los afganos la responsabilidad de la seguridad de su propio país, pero afirmó que la matanza no llevaría a un retiro adelantado de las tropas de Estados Unidos.
Un sargento primero del ejército de Estados Unidos está acusado de haber escapado de su base en la provincia de Kandahar, corazón del territorio del Talibán, y de haber atacado a disparos a aldeanos en sus casas cercanas a la base.
A pesar de estas lamentables muertes de civiles, “nuestros objetivos estratégicos no han cambiado y no cambiarán”, dijo Jay Carney, secretario de Prensa de la Casa Blanca.
Los asesinatos ocurridos el domingo son los más recientes en una serie de incidentes fatales que han causado afrenta tanto a afganos como a estadounidenses.
La guerra en ese país asiático es un creciente dolor de cabeza político para Obama. Los votantes estadounidenses lucen frustrados y los rivales republicanos del mandatario lo acusan de manejar inadecuadamente la guerra.
Según una encuesta de Washington Post-ABC aplicada antes de la masacre y difundida el domingo, el 55% de los encuestados dijeron que la mayoría de los afganos se oponen a lo que Estados Unidos está tratando de hacer allí, mientras que el 60% aseguró que al final la guerra en Afganistán “no ha valido la pena”.