Shahs of Sunset, nuevo reality show de Bravo
Reality show Shahs of Persia se emite los domingos por Bravo
Shahs of Sunset, un programa que se centra en miembros acaudalados de la comunidad iraní-estadounidense en Los Ángeles y Beverly Hills es el más reciente reality show de la televisión nacional.
La serie, que debutó el domingo por la noche en el canal Bravo, tiene la típica fijación en el materialismo, choques de personalidades y personas cuyo mantra es “quiero más”.
Pero también tiene a Reza Farahan, de 38 años, que dice ser una rareza: un homosexual que se niega a aceptar los arraigados prejuicios anti-gay en su país natal y entre muchos immigrantes del Medio Oriente en su tierra adoptiva.
Farahan es estridente, cómico y asombrosamente honesto. “Yo tengo un mensaje importante, aparte de todo el lujo y el Mercedes: soy un persa abiertamente gay. De acuerdo con el presidente del país en que nací, ni siquiera existo”, dijo en una entrevista.
En un evento en 2007 en la Universidad de Columbia, se le pidió al presidente iraní Mahmud Ahmadinejad que explicase la ejecución de homosexuales en Irán, a lo que este respondió: “En Irán no tenemos homosexuales como en vuestro país”.
Las relaciones homosexuales conllevan condena a muerte en al menos cinco países, incluyendo Irán, y grupos defensores de derechos humanos estiman que unos 4,000 homosexuales han sido ejecutados desde la revolución islámica de 1979.
Farahan, un agente de bienes raíces, dijo que se sintió inspirado a participar en Shahs of Sunset por un proyecto en internet, It Gets Better, que busca dar esperanza a jóvenes hostigados por ser homosexuales o porque la gente piensa que lo son.
“Me motivó a usar esta plataforma para hablar de mí y mostrar cómo vivo mi vida. Mi familia me ama, mis amigos me aman y realmente tengo apoyo”, algo posible para otros como él, dice Farahan.
Bravo y el productor ejecutivo del programa, Ryan Seacrest (el anfitrión de American Idol), dicen que la serie busca entretener, no educar.
Pero el espectáculo tiene el potencial de hacer más, y “un componente importante de cualquier programa televisivo exitoso es una historia con la que la gente pueda identificarse”, dijo Seacrest.
“La historia personal de Reza es inspiradora, en muchos niveles. Pienso que es maravilloso que él quiera compartir esa historia”, respondió vía email.
Shahs of Sunset llamó la atención antes de su debut porque ofrece una rara mirada a familias de raíces en el Medio Oriente, o al menos a una pequeña comunidad de ellos en Los Ángeles.
All-American Muslim, un programa de televisión por cable que se centraba en familias musulmanas en el área de Detroit, concluyó en enero luego de una temporada en la que un grupo conservador cristiano llamó a un boicot publicitario que el público rechazó.
Además de Farahan, Shahs of Sunset incluye a Mercedes Javid, descrita como una mujer de 30 años, agente de bienes raíces y “fiestera”; Sammy Younai, de 35, promotor inmobiliario que construye casas lujosas para otros iraníes, y Golnesa Gharachedaghi, de 29 años, que es mantenida por su padre y dice odiar las hormigas y a la “gente fea”.
Algunos en el programa son judíos, otros musulmanes, y todos se criaron en el área luego que sus padres escapasen de la revolución que convirtió a Irán en una república islámica.
Aparte de mencionar los orígenes comunes de los amigos, el programa es “absolutamente apolítico”, dijo la ejecutiva de Bravo Frances Berwick. La intención es crear un “retrato de cómo este grupo de amigos vive” y hacerlo en forma entretenida, incluso cómica, dice.
Los amigos son vistos en sus trabajos, de compras en Rodeo Drive y en clubes nocturnos, no en discusiones sobre si Irán está desarrollando armas nucleares.
Seacrest dice que respeta las preocupaciones expresadas por algunos en la comunidad iraní-estadounidense por el modo en que son representados. Espera que ellos vean el programa como una diversión, “no un comentario social ni político”.
En lo que se refiere a Farahan, este no se disculpa por el modo en que él y los otros se muestran en Shahs of Sunset.
“No me preocupa ser etiquetado como materialista”, dijo. “Por lo general somos vistos como terroristas malvados, así que si vas a etiquetarme, prefiero que sea porque me encanta el oro y los Mercedes, no las Uzis”.