Ahora sí, Romney Cuaja
El triunfo de Mitt Romney en Illinois y la aritmética electoral parecen colocarlo finalmente en ruta clara hacia la nominación presidencial republicana
Mitt Romney obtuvo un triunfo holgado en las pasadas elecciones primarias de Illinois. Y aunque Rick Santorum obtuvo un porcentaje nada despreciable, no fue suficiente para frenar la ola del exgobernador de Massachusetts. Ron Paul y Newt Gingrich cayeron a niveles casi testimoniales.
Pero más allá de este triunfo inmediato de Romney, y de la posible victoria de Santorum en Louisiana este sábado, la competencia por la nominación presidencial del Partido Republicano parece haber entrado en una fase resolutiva.
Si bien es cierto que aún faltan muchos estados por votar y que Romney no tiene asegurado el triunfo en varios, lo cierto es que la aritmética electoral no es auspiciosa para sus rivales: dado el sistema de distribución proporcional de delegados vigente en gran parte de los estados, sólo con muy amplias victorias en la gran mayoría de las primarias pendientes podría Santorum sumar los delegados suficientes para frenar la nominación directa de Romney y llevar la definición a la Convención del partido. Pero es dudoso que Santorum tenga la capacidad económica y organizativa para una hazaña así. Salvo que una declinación de Gingrich vuelque en masa los delegados de éste hacia Santorum y que se registren sorpresas notables en estados donde Santorum parece no tener muchas opciones (como Nueva York o California), la balanza comienza a inclinarse hacia el lado de Romney.
Con todo, en una competencia tan variopinta como ha sido en este ciclo la lucha por la candidatura republicana nada está descartado. Una pifia, una revelación, un factor inesperado podrían cambiar las cosas. Pero por ahora el favorito es Romney.