Cuatro detenidos en protesta contra deportaciones en Chicago
Esto por intentar bloquear la entrada de un edificio donde se ubican la corte de Inmigración y oficinas federales en el centro de Chicago, durante una protesta contra las deportaciones
Chicago – Por lo menos cuatro manifestantes fueron detenidos hoy al intentar bloquear la entrada de un edificio donde se ubican la corte de Inmigración y oficinas federales en el centro de Chicago, durante una protesta contra las deportaciones.
Uno de los detenidos fue el sacerdote activista José Landaverde, quien más temprano había encabezado una marcha de grupos proinmigrantes desde el barrio mexicano La Villita.
Los manifestantes habían anunciado un acto de desobediencia civil, con el posible ingreso forzado al edificio de oficinas, pero nadie lo intentó. En cambio, Landaverde y Emma Lozano, del Movimiento Sin Fronteras, se sentaron en la entrada del edificio y se negaron a cumplir el pedido policial de evacuar el lugar.
Los dos fueron detenidos, al igual que otros dos manifestantes pertenecientes al movimiento Ocupa Chicago.
La vigilancia en la puerta principal del edificio fue realizada por varios agentes de la policía de Chicago, mientras que desde la distancia la protesta fue seguida por agentes del Servicio de Protección Federal, sin intervenir.
Unas 30 personas participaron en la marcha de alrededor de 10 kilómetros con carteles y cánticos de “el pueblo unido jamás será vencido”, desde la Misión Nuestra Señora de Guadalupe, en la calle 26 de La Villita, hasta la esquina de Van Buren y Canal.
La marcha fue encabezada por Landaverde, acompañado por representantes organizaciones comunitarias. En el edificio donde se encuentra la corte les aguardaron unos 70 representantes de Ocupa Chicago y de otros grupos reunidos en esta ciudad para protestar contra la reunión de la OTAN a partir del viernes.
Landaverde dijo que la intención era denunciar las “decisiones injustas e inhumanas” de los jueces de Inmigración, que “deportan a trabajadores y separan familias” sin respetar la disposición federal de dar prioridad a responsables de delitos graves.
“Denunciamos el racismo que existe en el actual sistema migratorio y a los jueces racistas, en especial al juez Craig Serbe que toma decisiones inhumanas contra la población inmigrante”, afirmó.
Dijo que en el recrudecimiento de la acción contra los inmigrantes se designaron nuevos edificios para las cortes de Inmigración, y planes para construir cárceles para indocumentados, como el de la villa de Crete al sur de Chicago.
El activista Jorge Mújica sostuvo que con esta marcha se iniciaba una campaña “contra los jueces que se creen intocables, no sólo contra los funcionarios de Inmigración”.
En su opinión, es vital denunciar injusticias en todos los niveles, desde las cortes a las oficinas de Inmigración y Aduanas y centros de detención de indocumentados. “Nadie puede escapar, ni siquiera el presidente (Barack) Obama”, dijo.
Las arengas fueron realizadas en español e inglés, frente a un cartel donde se leía “No wars! No borders! No cages!”
La de hoy fue una de las varias manifestaciones pequeñas que se realizarán durante la semana en Chicago, para desembocar el domingo con una marcha que se espera concentre a miles de personas contra la cumbre de la OTAN.
Los manifestantes de Ocupa Chicago esperaron la marcha durante dos horas, con carteles donde se leía en español “La humanidad y el planeta ante todo”, y en inglés “Stop the crimes of the US Government”, y “Jobs now, make the Banks pay”.
Una vocera de Ocupa Chicago dijo que ese movimiento participó en la marcha porque “apoya a todas las luchas por los derechos humanos”.
Agregó que los manifestantes querían denunciar además “la presencia de la máquina de guerra de la OTAN en Chicago”.
Otro manifestante, identificado como Brian, vino desde Wisconsin para sumarse a las protestas contra la OTAN y para apoyar en la marcha de hoy al activista chicano Carlos Montes, que es juzgado en Los Ángeles por porte ilegal de armas y perjurio.”Todas las causas están conectadas”, aseguró.
Entre los manifestantes había joven vestido de negro y con el rostro cubierto, como los anarquistas violentos que han enfrentado a la policía en reuniones anteriores de la OTAN, y otros jóvenes con equipos de primeros auxilios e inscripciones en sus ropas que decían “street meds” (fármacos callejeros).
La policía de Chicago desplegará unos 2.000 efectivos equipados para reprimir los disturbios que puedan producirse, con refuerzos de la policía estatal de Illinois que se encargará de escoltar a las caravanas con los dignatarios visitantes.
También contará con efectivos aportados por las policías de Milwaukee, Charlotte y Filadelfia, y la coordinación general de las medidas de seguridad a cargo del Servicio Secreto.