Salud de Mubarak se agrava

La situación del exmandatario pasa en medio de crisis política de Egipto

Egipcios se manifiestan contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak durante el cuarto día de protestas en la cariota plaza Tahrir.

Egipcios se manifiestan contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak durante el cuarto día de protestas en la cariota plaza Tahrir. Crédito: EFE

EL CAIRO, Egipto (AP).- La salud de Hosni Mubarak se deterioró marcadamente ayer miércoles, días después de que lo sentenciaran a cadena perpetua, y los especialistas evalúan si lo transfieren a un hospital mejor equipado fuera del sistema penitenciario, dijeron funcionarios.

La preocupación sobre la salud del depuesto gobernante se suma a la incertidumbre en torno a Egipto, donde grupos políticos poderosos pretenden impedir la participación de un ex primer ministro de Mubarak en la segunda vuelta presidencial y dar al traste con el proceso electoral.

Las autoridades de la prisión de Torá, en El Cairo, dijeron que la salud de Mubarak, de 84 años, pasó a una fase “peligrosa” y que los médicos administraron oxígeno en cinco ocasiones al expresidente para ayudarlo a respirar.

Mubarak sufre además conmoción, presión arterial alta y depresión severa, de acuerdo con las fuentes, que solicitaron el anonimato debido a que no estaban autorizadas a hacer declaraciones a la prensa.

Mubarak recibía atención en la unidad de cuidados intensivos del hospital de la prisión, en el que en fecha reciente se efectuó una renovación a un costo de millón de dólares en antelación a la llegada del otrora presidente, señalaron las fuentes. Mubarak era el único paciente en la unidad de cuidados intensivos, en la que hay cinco camas.

El doctor Hamdi el-Sayyed, que ha atendido a Mubarak en la última década, dijo que el encarcelamiento en Torá era “inhumano” debido a la edad y deficiente salud del exgobernante.

No fue posible verificar de inmediato y de manera independiente la gravedad de la salud de Mubarak. Sin embargo, su salud había sido un tema recurrente en los últimos años.

En 2010, Mubarak fue atendido de cáncer en la vejiga y el páncreas, y tras su arresto en abril de 2011 “dijo su abogado” la enfermedad pudo habérsele extendido al estómago. Las autoridades rechazaron esas aseveraciones en su momento.

Sin embargo, se ordenó que Mubarak fuera mantenido en un hospital militar después de que una comisión de médicos que designó el Gobierno determinó en mayo de 2011 que Mubarak estaba demasiado enfermo para que se le enviara a prisión mientras aguardaba juicio.

Los expertos dijeron que Mubarak tenía problemas cardiacos y se le extirparon tumores en el páncreas, pero no precisaron si eran malignos.

Mubarak fue sentenciado a cadena perpetua el sábado, pero él y sus dos hijos, “el alguna vez heredero Gamal, y Alaa, un acaudalado hombre de negocios”, fueron absueltos de los cargos de corrupción.

Los hijos igualmente están presos en Torá, mientras esperan ser juzgados por tráfico de información privilegiada.

Los funcionarios dijeron que la prisión permitía a Gamal estar junto a su padre. Alaa también pidió permiso, pero no se le ha otorgado aún, dijeron los funcionarios.

Aunque el régimen autoritario de Mubarak era ampliamente repudiado cuando fue depuesto el año pasado, las condiciones en Egipto se han deteriorado desde entonces, con una ola de protestas, una vapuleada economía y huelgas aparentemente interminables.

Una evidencia del descontento por las condiciones se nota en el segundo puesto que logró el último primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq, en la primera ronda de las elecciones presidenciales del mes pasado.

Shafiq enfrentará al candidato de la Hermandad Musulmana Mohammed Mursi en una segunda vuelta que está programada para el 16 y 17 de junio

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