Alcaldes piden acción al Congreso
Alcaldes de distintas ciudades en Estados Unidos estarán de visita esta semana en Orlando para discutir temas que les afectan a todos y en busca de soluciones a sus reducidos presupuestos, durante su conferencia anual.
Los alcaldes, miembros de la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos, entre los que se encontraba el del pueblo de Villalba, Puerto Rico, Waldemar Rivera, y el alcalde anfitrión de Orlando, Buddy Dyer, coincidieron en que el empleo y la reducción de personal de servicio público, es un problema que los aqueja a todos.
Durante una conferencia de prensa en el hotel Lowes Royal Pacific, en Universal Orlando, hicieron un llamado al Congreso para que dejen a un lado las líneas partidistas y tomen acción.
El vice-presidente de la organización, Michael Nutter, dijo que era tiempo que los legisladores olviden sus diferencias para que se enfoquen en fortalecer la economía.
“Necesitamos que los miembros del Congreso reaccionen y hagan el trabajo para el que fueron elegidos que es proveerle a las municipalidades lo necesario para salir a flote nuevamente”, dijo Nutter. “Necesitamos que hagan su trabajo, como lo hacemos nosotros todos los días”. Urgieron por otro lado al Gobierno federal a que apoyen proyectos de infraestructura de transporte que a su vez servirían como fuente de empleos.
El alcalde de Laredo, Texas, Raúl G. Salinas, dijo que la creación de empleos debe ser prioridad.
“Tanto demócratas como republicanos se tienen que poner de acuerdo en aprobar el Acta Americana de Trabajo”, una iniciativa laboral que el presidente Barack Obama ha dicho que se pagará a si misma y que no aumentará la deuda nacional y que ha sido rechazada, aún cuando habría sido dividida en varios proyectos de ley.
Por otra parte, el alcalde de Phoenix, Greg Stanton, miembro del Defense Transition Task Force del grupo, dijo sentirse preocupado de que los legisladores no lleguen a un acuerdo de cómo balancear el presupuesto federal antes que finalice el año.
De no lograrse un acuerdo, eso podría traducirse a 350,000 empleos menos en las industria de defensa y aeronáutica, lo cual impactaría a la planta Lockheed Martin en Orlando.