Chavela se apaga
Las posibilidades de vida de Chavela Vargas 'están disminuyendo", dice médico.
MÉXICO, D.F.- La salud de la cantante mexicana Chavela Vargas está “un poquito más deteriorada” y sus “posibilidades de vida están disminuyendo, a pesar de todos los esfuerzos que hemos realizado”, afirmó ayer su médico, José Manuel Núñez.
Núñez señaló que la salud de la intérprete de origen costarricense, de 93 años, está “un poquito más deteriorada que el día de ayer, debido a la fatiga y a las fallas orgánicas que sufre”.
Tras admitir que la situación “hoy es más sombría”, explicó que el equipo médico que la atiende en el hospital Inovamed de Cuernavaca, capital del central estado de Morelos, está limitado por las instrucciones que Chavela ha dado de no utilizar métodos invasivos.
“No quiere nada invasivo, es una chamana (hechicera y sanadora) y los chamanes cuando van a trascender no permiten que nada interfiera. El hecho de que yo le ponga un tubo o un respirador sería un obstáculo”, dijo.
Y es que Chavela no le teme a la muerte. Recientemente declaró en su casa de Tepotzlán (Morelos) que no tenía cuentas pendientes con la vida. “Ni yo a ella, ni ella a mí, no nos debemos nada, estamos muy bien”, dijo.
“Voy a detener mis pasos una mañana temprano, o un atardecer, como quiera, no me cuesta”, aseguró entonces en un encuentro con los medios.
La cantante “está despierta, tranquila y todavía toma decisiones y no podemos ir en contra” de ellas, afirmó ayer el galeno que desde hace 10 años cuida la salud de Chavela.
“Sigue con buen estado de ánimo” y “estamos haciendo hasta lo imposible” por mantener con vida a la intérprete de temas que inmortalizó como La llorona o Macorina, aunque insistió en que es un “poquito difícil” con las limitaciones que ha puesto la artista.
Aseguró que desde que ingresó al hospital el domingo pasado, solo unos días después de su regreso a México de España, no se ha despegado de ella. “No la voy a dejar ahora que me necesita más”, aseveró.
La cantante llegó a México el 26 de julio luego de casi un mes en España, adonde viajó para ofrecer un recital con temas del disco que dedicó al poeta Federico García Lorca, titulado La luna grande, y para presentar sus memorias.
Dicho esfuerzo le pasó factura y el 12 de julio fue internada en un hospital de la capital española, en el que estuvo hasta el 21 de julio.
Desde ese día descansó en la Residencia de Estudiantes de Madrid “vigilada” estrechamente por sus enfermeras, sus amigos y el personal de la institución hasta su regreso a la localidad mexicana de Tepoztlán, donde ha vivido los últimos años.