Colombiano condenado por narco recibió a Romney en Miami
Mitt Romney realizó un acto electoral en un restaurante de Miami cuyo dueño ha purgado condena como narcotraficante
MIAMI, Florida.- El candidato presidencial republicano Mitt Romney realizó ayer un acto electoral en un restaurante de Miami cuyo dueño ha purgado condena como parte de una operación colombiana de tráfico de cocaína.
Romney se presentó al atardecer en El Palacio de los Jugos, un restaurante propiedad de Reinaldo Bermúdez. Actas judiciales revelan que Bermúdez se declaró culpable de asociación delictiva para distribuir cocaína en 1999 y cumplió una condena de tres años en una prisión federal.
Informes periodísticos de noviembre de 1997 indicaron que Bermúdez fue uno de doce acusados en una operación colombiana de narcotráfico en la cual los agentes incautaron un 1,292,75 kilos de cocaína en puertos de la Florida.
Por haber cumplido una condena, Bermúdez no puede votar en Florida a menos que el gobernador y el gabinete le devuelvan ese derecho.
Una llamada al restaurante no recibió respuesta. La campaña de Romnney no respondió de inmediato al pedido de declaraciones.
Romney quiere convencer a los hispanos de que él los ayudará si llega a la presidencia en los comicios de noviembre. Y para ello aterrizó en el sur de la Florida, un territorio electoral indeciso y crucial para las campañas políticas, en busca de conquistar su voto.
El candidato estuvo acompañado por varios latinos prominentes. A su lado estaban el senador Marco Rubio, los legisladores Ileana Ros Lehtinen y Mario Díaz Balart, y el ex representante Lincoln Díaz Balart, entre otros. Todos ellos son de ascendencia cubana. También estaba su hijo Craig, que ha realizado publicidad en español para la campaña de su padre.
Sin embargo, en su discurso ante una multitud que se congregó a escucharlo en El Palacio de los Jugos, no se refirió a los hispanos ni abordó asuntos de inmigración. Sus palabras, las mismas que podría haber pronunciado en el estado de Ohio o cualquier lugar del país con pocos o ningún hispano, estuvieron centradas en la economía y apuntaron principalmente a la clase media, un segmento fuertemente golpeado por el desempleo.
“Yo crearía los empleos que la gente necesita. Sé como hacerlo. Voy a ayudar a las pequeñas empresas”, manifestó Romney tras ser ovacionado con aplausos y gritos de “Romney Romney” en el restaurante al paso ubicado en un área predominantemente cubana del suroeste de Miami.
Para dirigirse a las personas que no hablan inglés, acudió a su hijo Craig, quien antes de que Romney hablara se dirigió en español a los presentes, unas dos mil personas, de acuerdo con los organizadores.
“El ha logrado mucho … pero lo más importante que logró fue en nuestra casa”, dijo el joven, quien estuvo dos años en Chile como misionero mormón y habla fluidamente el español.
El evento tuvo lugar dos días después de que Romney anunció que Paul Ryan, un congresista de Wisconsin desconocido para numerosos hispanos, será su compañero en la fórmula presidencial.
En Miami algunos sectores de la población especulaban que Romney elegiría a un hispano “como el joven senador de origen cubano Marco Rubio” o a un político moderado en temas de inmigración para que lo acompañara como candidato a vicepresidente y así acercarse más al electorado latino.
Pero optó por Ryan, un legislador conservador del tea party, una de las líneas más intransigentes de la derecha republicana. Su elección fue una muestra más de su decisión de convertir las elecciones en un referendo sobre el rumbo económico del país.
Los hispanos son clave para las campañas políticas y tanto demócratas como republicanos han implementado estrategias para conquistar sus votos.
Al igual que Colorado, Nevada y Nuevo México, la Florida es un estado de voto indefinido, y como tal puede favorecer a republicanos o a demócratas.
Antes del evento en el restaurante, Romney habló del tema de la inmigración en una entrevista con una radioemisora hispana de Miami.
“Si llego a ser presidente, voy a hacer algo que el presidente (Barack) Obama no hizo: reformar la inmigración”, manifestó en declaraciones a Radio Mambí que eran traducidas simultáneamente al español.
“Pienso que muchos votantes hispanos deben sentirse decepcionados con el presidente Obama en el tema de inmigración … Dijo que iba a resolver el problema de la inmigración y no lo hizo”, sostuvo.
Romney añadió que su plan de reforma dejará en claro lo que debe hacer una persona para ingresar legalmente a Estados Unidos.
Justo en el momento que Romney comenzó a hablar, una veintena de personas que estaban en la acera, al otro lado de una de las cercas que rodeaban al restaurante por motivos de seguridad, comenzó a abuchearlo.
Las personas, algunas de ellas con carteles que las identificaban como partidarias de Obama, impidieron por momentos escuchar las palabras de Romney. La policía las acompañó de inmediato hacia otro sitio más alejado, al otro lado de la calle.
Desde la mañana, numerosos voluntarios y partidarios de Romney desafiaron el intenso calor y llegaron al restaurante, adornado con bandejas de coloridas frutas tropicales como mangos, papayas, bananas y piñas. Varias personas, en su mayoría mayores, se retiraron descompuestas por el calor y fueron atendidas por paramédicos.
“Este es un ejemplo del deseo del inmigrante hispano luchando para superarse en este país”, manifestó Jorge de la Llama, uno de los dueños del restaurante, refiriéndose la cadena que abrió hace 37 años, el primero de sus cinco negocios.
De la Llama, un cubano que está registrado como votante republicano, dijo que espera que si Romney llega a la Casa Blanca, ablande con el tiempo la política hacia Cuba para ayudar a reunir a familias que viven separadas con algunos miembros en la isla y otros en la Florida.
“Tengo el presentimiento que va a seguir con el embargo y que con el tiempo se va a dar cuenta que los seres humanos no pueden seguir sufriendo y va a tener que ceder”, expresó el hombre, vestido con una típica guayabera blanca y sombrero de paja.
A sus 84 años, Teresa Betancourt llegó siete horas antes del horario marcado para el inicio del discurso de Romney.
Ataviada en un elegante vestido y con tres prendedores que la identificaban como republicana, la voluntaria de la campaña de Romney dijo que estaba allí porque confiaba en él.
“Es honesto, my llano, muy bueno para el pueblo”, expresó la mujer, que tiene tres hijos desempleados y espera puedan beneficiarse con medidas económicas si Romney llega a la presidencia. “El ayudaría mucho a los hispanos, apoyándolos, dándole trabajo a los infelices”, señaló la señora, quien llegó de Cuba junto a su esposo en 1990.
Los organizadores prevén también que Romney interactúe con el público y le sirva jugo, y que dialogue con los empleados del “Palacio de los Jugos”.
El demócrata Obama, quien aspira a ser reelegido en los próximos comicios generales, ha viajado varias veces en este año a ciudades de la Florida con fuerte población hispana, entre ellas Orlando y Miami. Allí no sólo se ha presentado en eventos públicos sino también en actos privados de recaudación de fondos para su campaña.
Obama, además, ha intentado acercarse al electorado latino a través de una serie de medidas de inmigración anunciadas en las últimas semanas, entre ellas la denominada “acción diferida”, que suspende temporalmente las deportaciones de algunos jóvenes inmigrantes que fueron traídos al país de manera irregular por sus padres.
Entre los votantes hispanos del estado, los cubanos-estadounidenses y los puertorriqueños representan la mayoría. A diferencia de la mayoría de los inmigrantes latinos, tanto los cubanos como los puertorriqueños tienen allanada su residencia legal en el país y no consideran a la inmigración como un tema prioritario.
Desde 1917, los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses por nacimiento.