Sigue lucha chicana 42 años después
El Comité Nacional de la Moratoria Chicana convocó a una marcha para conmemorar un año más del incidente ocurrido en el Parque Rubén Salazar en 1970.
Cada generación enfrenta obstáculos para desarrollarse dentro de la sociedad. Guerras, conflictos sociales y económicos son algunas de las dificultades que deben encarar los jóvenes para lograr el éxito personal y profesional. Sin embargo, el paso del tiempo impide que las nuevas generaciones recuerden las luchas de sus padres, por lo que estos consideran importante no dejar que esa historia de lucha muera con ellos.
Ese fue el mensaje que buscaron transmitir ayer los participantes en la marcha del movimiento chicano, llevada a cabo en el Este de Los Ángeles. La misma partió del Parque Atlantic, ubicada en Atlantic Boulevard, continuó luego su recorrido por Whittier Boulevard hasta el Parque Rubén Salazar, cubriendo una distancia de aproximadamente de 2.3 millas.
“Tenemos más profesionales, más oficiales en el gobierno pero esos cambios son pocos y los problemas son mas grandes. Por eso estamos aquí”, dijo Jaime Cruz, Director del Comité Nacional de Moratoria Chicana, refiriéndose a los cambios ocurridos en las ultimas cuatro décadas de lucha chicana.
Cruz también enfatizó la importancia de la participación de la juventud para mejorar su comunidad, lograr algo positivo, respetando a la familia y obteniendo una educación que los beneficie personalmente y a los miembros de su sociedad.
Además de conmemorar el aniversario de la marcha moratoria llevada a cabo el 29 de agosto de 1970 y en el que murieron varias personas, incluido el periodista Rubén Salazar, representantes de los diversos grupos que participaron en la marcha coincidieron que también era una demostración de una lucha que continúan aun después de cuatro décadas.
“Nosotros creemos que después de 42 años las condiciones de nuestro pueblo mexicano no han mejorado”, dijo Guillermo Suárez, miembro del Comité de Nacional de Moratoria Chicana. “Por eso estamos aquí para defender y exigir nuestros derechos humanos y a la vez para recordar y conmemorar la marcha de hace 42 años”.
Los integrantes de la marcha, entre los que también se encontraban miembros de los Brown Berets de Aztlan, portaban banderas mexicanas, pancartas en las que pedían un alto a la tortura de los trabajadores sociales, se reflejaban los rostros de héroes de la lucha mexicana tales como Emiliano Zapata. Asimismo, entonaban consignas de protestas en la que pedían justicia inmediata y elogiaban a la “raza”. Algunos de ellos habían participado en los acontecimientos de agosto de 1970.
“Creo que, como organización, hemos progresado en nuestro mensaje y en nuestros propósitos, pero desafortunadamente el sistema que nos gobierna no ha mejorado nada las condiciones de nuestro pueblo”, dijo Genaro Ayala, presidente del Partido Nacional de la Raza Unida y quien participó siendo un estudiante en la marcha de la moratoria chicana hace 42 años.
Aunque la marcha no estuvo tan concurrida como esperaban, llamó la atención de los transeúntes y dueños de las tiendas ubicadas a lo largo del recorrido. Muchos se acercaban a tomar fotos o videos, atraídos por los bailes ejecutados por el Grupo de Danzas Cuauhtémoc, quienes encabezaban la marcha. La música de los tambores podía escucharse a unas dos cuadras de distancia.
La mayoría de los curiosos ignoraba la razón de la marcha, como fue el caso de Josefina Lomeli, quien trabaja en el Salón de Belleza Estela, en el Boulevard Whittier, y salió a ver a los danzantes. Lomeli pensó que era una marcha sobre los derechos de inmigración.
“Aunque se ve que no es una marcha de inmigración, hay que seguir luchando para obtenerla porque hay muchos que están desesperados por tener un lugar en este país”, dijo Lomeli. “Eso los hace sufrir mucho y es por eso que deben luchar por esa causa”.
Después de su llegada al Parque Rubén Salazar, la tarde transcurrió con un programa en el cual participaron diversas organizaciones de la localidad, para ofrecer información de interés a la ciudadanía, así como con la participación de representantes de grupos de carácter social quienes se dirigieron a los presentes, señalando la importancia de la lucha por los derechos de todos los ciudadanos.