Sixto Rodríguez sale a la luz en documental (Videos)
Sixto Rodríguez no sabía que era toda una estrella de la música hasta que documental sobre su vida lo sacó a la luz pública.
CHICAGO, Illinois.- El documental Searching for Sugar Man narra la historia de un músico méxico-americano que grabó en los años 70 dos álbumes que no tuvieron mucho éxito en Estados Unidos, pero que llegaron hasta Sudáfrica, donde sus canciones acompañaron la lucha contra el apartheid.
El documental del director sueco Malik Bendjelloul se exhibe actualmente en varias ciudades del país tras haber sido estrenado en enero pasado en el festival de Sundance, donde ganó el premio de la audiencia y otro del jurado.
La pieza cuenta la historia de Sixto Rodríguez, un joven que se inició en la música en los años 60 en Detroit, nacido de padres mexicanos que habían emigrado a esa ciudad del medio oeste en los años 20.
Rodríguez, a quien le gustaba tocar y cantar en los bares de música folk, grabó un sencillo en 1967 que le permitió firmar un contrato con la discográfica Sussex, con la que hizo dos álbumes, Cold Fact (1970) y Coming From Reality (1971).
Tras estas producciones, la suerte en este país no estuvo con él ya que sus discos se vendieron poco y Sixto, cuyo nombre artístico era simplemente “Rodríguez”, regresó a la oscuridad.
Pero en Sudáfrica y en otros países de ese continente sus discos, primero en grabaciones pirata y luego en reediciones, se convirtieron en producciones de alta demanda popular.
Pronto la música de Rodríguez, que hablaba de los problemas de los desfavorecidos, se convirtió en el mensaje de fondo de la lucha contra el apartheid en ese país, ya que sus canciones animaban a los que querían desmantelar a ese régimen impuesto por la minoría blanca sudafricana desde 1949 a 1994.
De larga melena y gafas oscuras, Sixto Rodríguez no escribía canciones para escuchar o bailar, sino temas en los que hablaba de la pobreza y coraje que la gente en Detroit sentía, incluyendo las revueltas de los afroamericanos en esa época.
Una canción en particular motivaba a los sudafricanos de color a seguir luchando, era Poor Boy.
Al notar la popularidad de un artista a quien nadie conocía, la discográfica Blue Goose Music de Australia compró su catálogo de canciones y sacó al mercado ambos discos, y un nueva compilación de lo mejor de ambos, titulada At his best.
Esto llamó la atención de los sudafricanos Steven Segarmann y Craig Bartholomew Strydom quien se propusieron encontrar a Rodríguez, que para ese entonces trabajaba para una compañía en la demolición de edificios.
Finalmente, en 1998 los sudafricanos encontraron a Rodríguez, ya de 70 años de edad, viviendo en Detroit y desde entonces, la fama le ha vuelto a tocar a su puerta.
Desde entonces la prensa ha estado fascinada con la increíble historia que recuerda que nadie es un profeta en su propia tierra.
“Cuando yo estaba escribiendo estas canciones, parecía como que una revolución estaba llegando a Estados Unidos”, contó Rodríguez recientemente a la revista Time. “Los jóvenes estaban quemando sus tarjetas de inscripción militar, y las ciudades estaban llenas de coraje”.
Ahora otros artistas están haciendo covers de su material como son sus canciones Sugar Man e Inner City Blues.
El caso de Rodríguez, dijo a Efe Gerardo Cárdenas, director editorial de la revista Contratiempo en Chicago, es similar al de tantos músicos de blues que han vivido en la oscuridad solo para ser “descubiertos” cuando un artista blanco hace una grabación de sus composiciones.
Tal es el caso del desaparecido músico de blues Robert Johnson, quien no fue descubierto por el público norteamericano hasta que Los Rolling Stones y Eric Clapton hicieron covers de sus canciones en los años 1960s.
“El caso de Sixto no es un caso único, y él hecho es que va a seguir ocurriendo”, apuntó Cárdenas. “A veces es el racismo, a veces es el aislamiento de la misma persona y a veces es la suerte”, finalizó.