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Acción y nada más en ‘Dredd 3D’ (Video)

Crítica de cine: 'Dredd 3D', violenta a matar, es un entretenido pero futil intento de tomar el relevo de clásicos como 'Robocop'.

Dredd se enfrenta a una temible banda de traficantes en 'Dredd 3D'.

Dredd se enfrenta a una temible banda de traficantes en 'Dredd 3D'. Crédito: Lionsgate

No sé si es una casualidad o un homenaje (o plagio), pero Dredd 3D tiene muchos punto en común con una de las mejores películas que se han estrenado este año (aunque filmada hace dos).

Me refiero a The Raid: Redemption, la producción asiática dirigida por el galés Gareth Evans que detalló con extraordinaria eficacia visual el asalto por parte de un comando de policías a un edificio dominado por una banda de traficantes de drogas liderada por un peligroso criminal.

En Dredd 3D, el policía, juez y ejecutor inspirado en el cómic creado por John Wagner y el español Carlos Ezquerra, encabeza, junto a su nueva compañera, la novata Anderson (Olivia Thirlby), un asalto a un edificio dominado por una banda de traficantes de drogas liderada por una peligrosa criminal, Ma-Ma (Lena Headey).

Todo ello con notables apuntes cómicos -o quizás sea mejor definirlos como irónicos- que recuerdan a la magistral Robocop del holandés Paul Verhoeven.

Lo que une a Dredd 3D, The Raid: Redemption y Robocop es una bienvenida pasión por exponer la violencia en sus extremos más sangrientos (algo que en el primer caso es aumentado considerablemente debido al innecesario empleo de las tres dimensiones).

Pero lo que tanto en The Raid: Redemption como Robocop era original -en el primer caso, una puesta al día de Die Hard con especial hincapié en las relaciones humanas, mientras que en el segundo destacaba el tono sarcástico de la propuesta-, en Dredd 3D es redundante y forzado.

No obstante, Karl Urban, quien nunca muestra su cara, siempre cubierta por el casco del Juez Dredd, otorga a su personaje una personalidad bien definida, algo con lo que el resto de actores luchan infructuosamente (Headey es una villana terrorífica pero nunca memorable, como lo fueron Alan Ricman o Ray Sahetapy en las citadas Die Hard y The Raid: Redemption, respectivamente).

El director Pete Travis (Vantage Point) sorprende con su visceral apuesta por la violencia, aunque en ocasiones su tono caricaturesco -surgido por el exceso antes apuntado- le reste eficacia.

Sí, Dredd 3D -clasificada R- es distraída y supone una correcta carta de presentación del personaje de cómic a una nueva generación (será mejor olvidar el mediocre intento que en 1995 Sylvester Stallone llevó a cabo con Judge Dredd, que la estrella misma ha criticado).

Pero uno pasa página tan pronto como termina su proyección. Detrás de la violencia no hay nada más que el vacío absoluto.

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