Bajan las solicitudes de ayuda por desempleo en EEUU
Las solicitudes de ayuda por desempleo son parámetro para medir qué tan bien marcha la economía estadounidense en cuanto a creación de empleo y el de hoy es el menor nivel semanal en 9 semanas.
WASHINGTON.- El número de estadounidenses que solicitó apoyo por desempleo bajó en 26.000 la semana pasada a una cifra estacionalmente ajustada de 359.000, una señal de esperanza para el mercado de trabajo.
Es el menor nivel semanal que se haya registrado en nueve semanas.
El Departamento del Trabajo anunció el jueves que el promedio de cuatro semanas, una medida menos inestable, bajó en 4.500 a 374.000. Es el primer descenso que se registra en seis semanas.
Las solicitudes semanales de subsidios por desempleo son una forma de medir el ritmo de los despidos. Cuando éstas bajan consistentemente debajo de los 375.000 significa que el nivel de empleo se ha fortalecido lo suficiente para que se reduzca la tasa de desocupación.
Las cifras semanales pueden ser muy variables, por lo cual la mayoría de los economistas se concentra en el promedio de cuatro semanas.
El número de despidos ha decrecido a su nivel más bajo en una década, de acuerdo con un informe gubernamental difundido anteriormente este mes. Pero las contrataciones no se han incrementado lo suficiente como para que se reduzca de inmediato la tasa de desempleo.
Los empleadores agregaron sólo 96.000 empleos el mes pasado, por debajo de los 141.000 de julio y muy por debajo del promedio de 226.000 que añadieron en el primer trimestre del año.
La tasa de desempleo bajó en agosto al 8,1% del 8,3%, pero sólo porque descendió el número de personas que buscaban trabajo.
La economía no ha crecido lo suficiente para que haya mayor número de contrataciones. Creció a un débil tasa anual de 1,3% en el segundo trimestre, en baja con respecto al 2% de enero a marzo, y del 4,1% en el último trimestre del 2011.
Un repunte en el mercado laboral podría mejorar las posibilidades de reelección del presidente Barack Obama y complicar la estrategia política de su rival republicano Mitt Romney.