España, al borde de más ayuda
El proyecto de presupuesto para 2013 recortaría el gasto total en 51,000 millones de dólares
MADRID, España.- El Gobierno español anunció ayer una nueva ronda de recortes presupuestales que buscan convencer a las autoridades y los inversionistas internacionales de que está en camino de alcanzar sus metas de reducción de déficit.
En medio de crecientes expectativas de que Madrid solicite pronto un nuevo paquete de rescate, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dijo que el proyecto de presupuesto para 2013 recortaría el gasto total en 40 mil millones de euros (51 mil millones de dólares). Agregó que los recortes a los ministerios promedian el 8.9%.
La viceprimera ministra Soraya Sáenz de Santamaría dijo que el proyecto de presupuesto fue diseñado para tiempos de crisis y ayudará a salir de la crisis actual. Muchos creen que las medidas son un adelanto de que España pedirá ayuda al Banco Central Europeo.
El país, vapuleado por la recesión, se ha visto bajo intensas presiones para usar un programa de compra de bonos establecido por el BCE que busca mantener bajo control los costos de la deuda de países con problemas financieros. Durante el verano boreal, España debió pagar altos intereses a los inversionistas a cambio de que éstos se arriesgaran a adquirir sus bonos.
El programa del BCE conlleva la condición de que Madrid tiene primero que pedir asistencia a los otros 16 países que usan el euro antes de que el banco central intervenga y compre los bonos españoles para aliviarle la presión. Hasta ahora, el gobierno se ha mostrado renuente a pedir ayuda, por temor a las condiciones que la eurozona va a adjuntar al rescate.
La coalición de Gobierno de Grecia acordó ayer un nuevo plan de recortes por valor de 11 mil 500 millones de euros (14 mil 850 millones de dólares), pero con la exigencia de recibir dos años más de tiempo para cumplir con los ajustes.
Las nuevas medidas suman 13 mil 500 millones de euros, de los que 11 mil 500 millones serán recortes presupuestarios y otros dos mil millones se ingresarán mediante una reforma fiscal y la lucha contra la evasión de impuestos.
El Gobierno aún no ha concretado las medidas, pero se habla del retraso de la jubilación hasta los 67 años, de la reducción de pensiones y salarios entre los empleados públicos, un aumento de impuestos a profesionales autónomos y despidos de funcionarios, aunque menores a los exigidos por la troika.