Cambios en las pensiones
Es un primer paso importante, aunque no dé soluciones a corto y mediano plazo
El compromiso de las ciudades con sus pensiones públicas es un peso agobiador que se agudiza con las dificultades fiscales. En ese sentido, Los Ángeles dio un paso importante para resolver esa crisis a futuro.
La aprobación unánime del Concejo Municipal a reformar el sistema de retiro para los empleados públicos es una sabia decisión aunque, esta sea limitada a las contrataciones futuras. Esto significa que en el impacto a corto y mediano plazo, difícilmente se verán los ahorros anticipados, especialmente cuando tampoco hay contrataciones públicas.
No obstante, el que los ahorros acumulativos lleguen o no a los entre 30 millones y 70 millones esperados, no le resta valor a los cambios. Era necesario elevar la edad de retiro de 55 a 65 años -salvo excepciones-, cambiar la fórmula de las contribuciones al fondo y limitar los beneficios de salud para los cónyuges de empleados retirados.
Es decepcionante que la reforma haya excluido al sector que labora en el Departamento de Agua y Energía (DWP) de la ciudad. Esta es precisamente el área en donde las pensiones son las más altas y representan una elevada proporción de su presupuesto.
Como era de esperar, la mayoría de los sindicatos están disconformes, especialmente por el hecho que los cambios hayan sido realizados por los concejales en vez de ser negociados de una manera contractual con el sindicato. Pese a que la ciudad se ha acercado a ellos infructuosamente, es casi seguro que habrá una demanda.
De todas maneras, la decisión de la junta necesita una segunda votación en 30 días para que entre en vigencia el próximo año. Durante este período de un mes, habrá negociaciones con los sindicatos para hallar un plan mejor.
La decisión municipal tomada hace unos días abre la puerta para lidiar abiertamente con las pensiones públicas. Esperamos que esta vía negociadora obtenga sus frutos, de lo contrario habrá una iniciativa electoral en puerta.
