Cártel de Sinaloa con Sendero LuminosoCártel de Sinaloa une fuerzas con Sendero Luminoso

Alianza intenta expandir tentáculos de ambas organizaciones hacia Sudamérica

El ministro del Interior de Perú, Wilfredo Pedraza, habla sobre la captura del fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán.

El ministro del Interior de Perú, Wilfredo Pedraza, habla sobre la captura del fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán. Crédito: EFE

ESPECIAL

LIMA, Perú.- La presencia del cártel de Sinaloa cada vez es más visible en el Perú, donde los narcotraficantes mexicanos han hecho una alianza estratégica con la organización terrorista Sendero Luminoso, para tener un libre acceso a la producción de pasta básica de cocaína, según afirman expertos y autoridades de la Agencia Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA).

“Sendero Luminoso está trabajando de la mano con el cártel de Sinaloa en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene [VRAE]”, dijo Pedro Yaranga, periodista peruano y analista en temas de terrorismo y narcotráfico.

En entrevista con La Raza, Yaranga, exjefe de Enaco (Empresa Nacional de la Coca) en Ayacucho, explicó que esto se debe a que “en esta zona el terrorismo tiene el poder, ya que cuenta con 31 años de experiencia en guerra y conoce el territorio donde se siembra la droga”.

Sendero Luminoso, organización terrorista de tendencia ideológica maoísta a la que se le atribuyen innumerables crímenes en el Perú, tuvo como principal cabecilla a Abimael Guzmán Reynoso (alias presidente Gonzalo).

Y de acuerdo con el testimonio de un alto funcionario de la DEA, las altas ganancias generadas por el narcotráfico han dado pie a que grupos insurgentes de la región andina, como Sendero, se involucren ahora en el tráfico de drogas.

Los reportes de decomisos de cocaína en el Perú, droga que supuestamente pertenecía al Cartel de Sinaloa son varios y datan del 2008. Pero más recientemente, en octubre del 2011, la policía peruana destruyó un laboratorio de clorhidrato de cocaína en el VRAE, en Llochegua, en la provincia de Ayacucho, y según reportes de prensa, el laboratorio era del cártel de Sinaloa.

En diciembre del 2011, la policía peruana desmanteló otro inmenso laboratorio de drogas camuflado como una granja en Las Pecanas, al sur de Lima, en la zona costera de Cañete. Según reportes de agencias, confiscaron 200 kilos de cocaína y 300 kilos de pasta básica de cocaína.

En el testimonio presentado ante el Senado del Congreso de EEUU en noviembre de 2011, por Rodney Benson, asistente administrativo del jefe de inteligencia de la DEA, se confirma que los narcotraficantes mexicanos se han introducido en el tráfico de drogas en el Perú y cada vez están más involucrados en el movimiento de grandes cargamentos.

Jaime Antezana, especialista peruano experto en narcotráfico e integrante del Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, dijo también en entrevista con La Raza que “aunque la presencia de los cárteles mexicanos en el Perú data del año 1999, su presencia se hace visible tras una serie de capturas de ciudadanos mexicanos entre los años 2002 y 2006”.

El experto dijo que “el Perú comenzó a experimentar la ejecución del Plan Colombia, el cual se basa en la lucha contra el narcotráfico en ese país” por lo que mucha de la coca colombiana está migrando al Perú. A esto se suma la producción propia del Perú.

Antezana indicó que “de 24 departamentos que tiene el Perú, 14 de ellos, en áreas particulares, se dedican a la producción de coca”.

El reporte de la DEA confirma que Perú ha sobrepasado a Colombia en su potencial de producción de cocaína pura. Cita que en el 2010, Perú tenía un estimado de 53 mil hectáreas de cultivo de coca, comparado con 100 mil has., [sic] en Colombia. Sin embargo, los cultivos de coca en Perú son más maduros y de mayor rendimiento y le permiten producir 325 toneladas métricas anuales de cocaína pura, comparado con sólo 270 toneladas métricas en Colombia.

En el testimonio se lee que los esfuerzos para erradicar la producción de cocaína en Perú se han complicado por la presencia de Sendero Luminoso en cultivos en áreas claves.

Según el reporte, aproximadamente un 45% del cultivo de coca en Perú está en zonas donde opera Sendero, especialmente en el VRAE.

El entonces primer ministro peruano, Salomón Lerner, declaró en ese momento que el Gobierno del presidente Ollanta Humala ha desarrollado estrategias para reducir la siembra de coca en las zonas cocaleras de ese país y que Humala aspira a eliminar los rezagos de Sendero Luminoso que aún están activos en la zona del VRAE.

“Dile a todos, corre la voz, El Chapo manda aquí. El Chapo es la ley”, dice uno de los personajes de El último narco: Chapo, escrito por el periodista británico-estadounidense Malcolm Beith.

Y es que la fama del líder del cartel de Sinaloa, el hombre más buscado de México, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, traspasa fronteras.

Beith, quien ha trabajado en la revista Newsweek, Foreign Policy y The News, y también ha radicado en México, señala en su libro que el cártel de Sinaloa ha extendido sus tentáculos al oeste de África, Asia y América Latina.

“Según investigaciones, la red de corrupción del cártel de Sinaloa se ha expandido como nunca antes. Esto le ha permitido tener el poder de las rutas de distribución de la droga dentro y fuera de México. Y en Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú, el cártel de Sinaloa actúa por medio de representantes o encargados de carteles”, indicó Beith en entrevista telefónica con La Raza.

LA ESTRATEGIA

Edgardo Buscaglia, profesor de Política y Economía de la Delincuencia Organizada en la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó que como el Gobierno estadounidense ha puesto mayor presión para neutralizar los grupos criminales en México, éstos intentan minimizar sus riesgos, trasladando su infraestructura hacia países donde no tienen luchas campales que les hacen perder mucho dinero.

“Dichos grupos prefieren ir a lugares como Perú, donde la violencia es mucho menor y en la que tienen mayor capacidad de control de su infraestructura. Ellos van a zonas, en las cuales aumentan sus retornos económicos, buscan alianzas tácticas-operativas con grupos locales, como es el caso peruano, y a partir de allí, comienzan a procesar drogas”, explicó el investigador en entrevista telefónica con La Raza.

Buscaglia indicó que la alianza entre Sendero y el cártel de Sinaloa es similar a la de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“Estos grupos criminales, cuando se encuentran arrinconados o requieren reconstituirse, como es el caso de Sendero Luminoso, lo que hacen es establecer mecanismos de alianzas táctico-operativas con grupos criminales extranjeros”, dijo.

“No hay que tratar de encasillarlos como terroristas nada más, son grupos criminales organizados que buscan alianzas como éstas, donde hay una ventaja de información de logística, de transporte, de producción y distribución que no tiene la organización Sinaloa. Por lo tanto, se les paga muy bien [a los grupos criminales] por brindar este apoyo logístico en territorio peruano”, puntualizó Buscaglia.

BIEN ORGANIZADOS

Antezana, por su parte, explicó que “el trabajo de Sendero se enfocaba en dar protección a los ‘mochileros’, quienes se dedicaban a sacar la droga por caminos de herradura [Caminos que utilizaban los incas para intercambiar sus productos]”.

Y a cambio de la protección que daban a ‘los mochileros’, Sendero comenzó a recibir cupos por sus servicios, agregó.

“Con ese dinero han comprado armas modernas, celulares satelitales y computadoras. También comenzaron a tener sus propios cultivos de hoja de coca y de maceración, y ahora empiezan a producir droga, la cual es vendida a los cárteles mexicanos”, dijo Antezana.

“De estos cárteles, el que tiene mayor hegemonía es el cártel de Sinaloa, porque es el que compra gran parte de la droga que sale del VRAE y de otras zonas cocaleras”, subrayó Antezana.

Antezana, por su parte, explicó que “la demanda de consumo de cocaína en Europa, China, Asia y América Latina busca ser abastecida por los cárteles mexicanos; por eso llegan al Perú para trabajar en la elaboración de la misma”.

Estados Unidos sigue siendo uno de los principales países consumidores de cocaína. De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen (UNODC), hay aproximadamente 12 millones de usuarios de cocaína en el mundo, de los cuales 5 millones están en Norteamérica y 4.6 millones en Europa, según un reporte de este año.

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