Un debate parejo
El debate entre Joe Biden y Paul Ryan fue una joya de entretenimiento
El debate vice presidencial entre el demócrata Joe Biden y el republicano Paul Ryan fue exactamente lo que yo esperaba, una verdadera joya de entretenimiento. Y es que con este debate he confirmado lo que vengo sospechando hace mucho tiempo, el asunto no es acerca de ideas, substancia y argumentos, sino acerca de posturas y percepciones.
El caso es que de manera general, nosotros los ciudadanos comunes, por muy enterados e interesados que nos encontremos respecto de los temas políticos, a veces desconocemos todos los entretelones, y estamos sometidos a lo que uno u otro candidato nos diga. En ese contexto, resulta trascendente el lenguaje corporal de los participantes y la percepción que tenemos de lo que se nos cuenta.
Dicho esto, lo que vimos fue un vicepresidente con una actitud condescendiente que interrumpía a su oponente, que se reía con tono burlesco, y que a ratos ridiculizaba a su contraparte. Biden se ocupó en probar que este era un debate entre un político experimentado y un contendor sin mucha experiencia, y eventualmente Ryan cayó en la trampa, mostrando el mismo fastidio que en su momento mostrara Obama en el primer debate presidencial.
En mi opinión, hubieron momentos sublimes en el debate. El más importante desde mi punto de vista, aquel en el que el vicepresidente Biden menciona que el candidato Ryan le escribió dos cartas en las que le pedía al vicepresidente que se le asigne a su Estado dinero del estímulo económico, justo segundos después de que Ryan había criticado el estímulo de la administración de Obama.
En otro punto, Ryan se refirió a la supuesta expectativa de la administración Obama de incrementar los impuestos de los pequeños negocios hasta el 40%, y Biden lo rebatió haciendo mofa del hecho de que los pequeños negocios a los que se refería Ryan eran nada menos que contribuyentes como el candidato Romney que declaró muchas veces que su pago de impuesto fue de aproximadamente el 14%.
Ryan además atacó a Biden por sus acostumbradas declaraciones que a vecen rayan en la barbaridad, pero la respuesta del vice presidente fue una puñalada al constante cambio de opinión del candidato Romney, Biden dijo “Pero yo siempre digo lo que pienso”.
¿Fue efectiva la estrategia de Biden? Definitivamente lo fue en lo que respecta a su base Demócrata. Los Demócratas vieron en este debate lo que hubieran deseado ver en el primer debate presidencial, un candidato agresivo, con respuestas agudas y con espíritu combativo.
Biden logró sin duda inyectarle energía a los votantes demócratas. En lo que respecta a los votantes moderados y los indecisos me parece que hubo un empate técnico.
Al final vimos un político irreverente pero que luce genuino en sus opiniones, y un político que intento no salirse del personaje que le tocaba representar y que logró su objetivo en la mayor parte del debate.