KO en el segundo debate

Esta vez fue el turno del presidente Obama en los debates presidenciales

Para una persona que vive y siente la política en su sangre, el segundo debate presidencial fue un almacén de estrategias.

Al final de la contienda política, hubo uno que languideció en el centro del estrado y otro que salió airoso sin moretones en la fachada.

Mitt Romney se presentó confiado en mantener el momento del anterior debate. Su equipo de trabajo trazó una estrategia basada casi enteramente en el desempleo.

El debate se inició con la pregunta de un joven universitario. “Cómo pueden ayudarme a conseguir un trabajo y pagar mis préstamos”, dijo.

Romney respondió: “Quiero que la carrera universitaria esté al alcance del bolsillo de los estudiantes. Cuando te gradúes, quiero que tengan oportunidades de trabajo”.

Hizo también hincapié en los últimos cuatro años “improductivos”. “Con excepción del último mes, la política económica de Obama no bajó del 8% de desempleo.

El Presidente, por su parte, tampoco fue muy efectivo. Habló sobre la creación de trabajos en plantas manufactureras y en la industria automotriz.

Así, en la primera parte del debate, los dos candidatos trataron de conectarse con el auditorio y los televidentes. Los dos mostraron dientes, nudillos y muchos gestos provocadores.

Empero, lo trascendental sucedió en la segunda mitad. Romney quiso acertar el primer golpe. Obama le había encarado que tenía acciones en una empresa de China y que había estado haciendo dinero por medio de la exportación de trabajos. Romney no se achicó. Comentó que Obama también recibía beneficios personales de este país.

“Sr. Presidente, Ud. vio su cuenta de pensiones [de sus beneficios de China]”. Obama respondió, “no tengo tiempo de ver mis pensiones. No, [mis pensiones], no son tan grandes como la suya”, manifestó. Fue el primer golpe certero contra Romney.

Luego cuando se discutió los asesinatos de diplomados en Libia, el ex gobernador nuevamente atacó a Obama. Su intención fue poner a la luz pública que el Presidente no reconoció que fue un atentado terrorista.

Obama solicitó que la coordinadora del debate, Candy Crowley, recapitulara aquellos comentarios suyos que se habían vertido un día después del atentado. Crowley comentó que efectivamente Obama mencionó que fue un atentado terrorista. Romney se llevó otro garrotazo.

Sin embargo, el golpe que puso a Romney en la lona fue la conclusión del Presidente.

“… Cuando Romney habla, a puerta cerrada, que 47% de la población se considera víctima y se rehúsa a tomar responsabilidad de sus propios actos, se está refiriendo a ustedes, a los estudiantes, los veteranos y a los jubilados.”

Romney se paró, acercó micrófono cerca de su boca para replicar. Pero Crowley, que estaba sentada en su frente, exclamó que el debate había terminado. Fue un golpe certero que lo dejó “noqueado” en el centro del estrado.

Mientras tanto, Obama vislumbraba una sonrisa, sabiendo que está vez había logrado su cometido.

Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador. hcletters@yahoo.com

En esta nota

debate desempleo Obama Opinión
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain