Crítica de cine: ‘Wreck-It Ralph’ no causa estragos (Video)
'Wreck-It Ralph', exclusivamente para los más pequeños, se distancia de recientes (y excelentes) filmes animados de Disney como 'The Princess and the Frog' y, especialmente, 'Tangled'.
Hay dos formas de analizar una cinta animada: primera, decidir si los niños se lo pasarán bien (y es por la que apuestan aquellos que aún consideran que el género es primordialmente para el disfrute de los más pequeños). Y segunda, enclavar la película a comentar en el contexto de lo que significa, desde una cierta perspectiva histórica, en el conjunto de filmes animados.
Pues bien, Wreck-It Ralph, que llega hoy a los cines y ha sido clasificada PG, puede ser que sea un entretenimiento de primera para los más jóvenes de la casa, y eso no lo discuto.
Pero como película animada es un fracaso artístico de primer orden.
Ralph (voz de John C. Reilly) es el villano del video juego Fix-It Felix Jr.. Pero está cansado de ser el malo de la función, día tras día. Así que decide huir de su máquina y tratar de ser bueno, por una vez, para demostrar a todo el mundo que él también tiene su corazoncito…
Primero, se adentra en el video juego Hero’s Duty, donde se pone a las órdenes de la Sargento Calhoun (Jane Lynch), y después aterriza en el (muy irritante) video juego Sugar Rush, donde conoce a Vanellope von Schweetz (Sarah Silverman), quien más o menos sufre de la misma soledad que él.
¿Regresará Ralph a Fix-It Felix Jr. hecho un héroe?
Por supuesto, la respuesta a esa pregunta es lo de menos: Ralph, por el camino, necesita aprender una serie de lecciones morales y humanas que lo harán una mejor persona.
El problema de Wreck-It Ralph es que ese camino tiene muchos baches.
La cinta, dirigida por Rich Moore, quien hasta ahora se había encargado de episodios de series como The Simpsons o Futurama, nunca logro el tono adecuado: empieza como un homenaje entrañable a los video juegos de los años 80 y 90 ?un guiño indiscutible a una generación que hoy es más que probable sea la que lleve a sus hijos a las salas de cine?, continúa como si fuera una comedia con toques de Monsters, Inc. (el retrato del mundo donde todos los personajes de video juegos convergen), sigue intentando seducir a los espectadores jóvenes masculinos (con el episodio bélico ambientado en el mundo de Hero’s Duty) y termina gritando con voz fuerte que, al final, el público que realmente le interesa es el de las niñas (de ahí el escasamente carismático personaje de Vanellope, doblado por Silverman, quien no ayuda para nada a hacerlo más agradable).
Ralph, además, no es precisamente un encanto: sus “problemas” carecen de la trascendencia de los que, por ejemplo, vivía Mérida en la reciente Brave, o la misma Rapunzel en Tangled, y los personajes que lo rodean (caso de Felix) no ayudan a hacer de su causa un motivo de entusiasmo y apoyo por parte de la audiencia.
Sí, en Wreck-It Ralph hay apuntes interesantes, principalmente en la animación (no hace falta que gasten dinero extra en las tres dimensiones, porque estas son absolutamente irrelevantes). El retrato de los mundos en los que residen los personajes de los video juegos están hechos con considerable cariño y dedicación.
Pero eso no es suficiente para hacer de Wreck-It Ralph nada más que una mera distracción para los más pequeños.
Muchos dirán que eso es suficiente.
Yo no estoy de acuerdo.