Colombia y FARC en preparación para paz

Las primeras conversaciones están fijadas para el 15 de noviembre en La Habana

Un grupo de familiares que reclaman, al menos saber el destino que han corrido las  personas secuestradas,  realizan una protesta pidiendo por su libertad  en la Plaza de Bolívar, de Bogotá, Colombia.

Un grupo de familiares que reclaman, al menos saber el destino que han corrido las personas secuestradas, realizan una protesta pidiendo por su libertad en la Plaza de Bolívar, de Bogotá, Colombia. Crédito: EFE

LA HABANA, Cuba (EFE).— El Gobierno de Colombia y las FARC celebrarán mañana un encuentro en La Habana para ultimar los preparativos del inicio de las conversaciones de paz fijado para el próximo día 15 de noviembre en la capital cubana, la sede permanente del proceso de diálogo.

Esta reunión entre representantes del Gobierno de Juan Manuel Santos y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tratará detalles logísticos de cara a la próxima negociación formal, como el lugar de las conversaciones y asuntos relacionados con necesidades tecnológicas, según informaron recientemente a Efe fuentes del grupo insurgente.

No han trascendido hasta el momento más detalles de la agenda de un encuentro que se concertó el pasado 18 de octubre en Oslo (Noruega) donde quedó instalada la mesa de diálogo entre el Gobierno y las FARC.

A pesar de que la mayoría de las fuerzas sociales del país suramericano apoyan las conversaciones para intentar terminar con el conflicto armado más largo de América Latina, las operaciones de ambas partes no cesan porque no se ha pactado un alto el fuego.

De hecho, medio centenar de rebeldes y seis policías han muerto en Colombia desde que se constituyó la mesa de diálogo en Oslo.

La reunión de mañana llega también precedida de varios comunicados públicos de las FARC divulgados en La Habana donde han insistido en asegurar que no existen “agendas paralelas u ocultas” y que el “punto de arranque” de la negociación de paz con el Gobierno implica referirse a “la concepción” de “lo que es la tierra.”

En otra nota reciente, la guerrilla ha pedido que el diálogo de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos “esté libre de estorbos” y de “amenazas” y ha advertido que estas conversaciones no se pueden interpretar como una “capitulación” de la insurgencia a partir de “promesas insustanciales” del Gobierno.

Tras seis meses de conversaciones secretas en Cuba, el Gobierno de Colombia y las FARC firmaron a finales de agosto en La Habana el llamado “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, un documento de poco más de cinco folios donde se fijan las pautas del diálogo de paz.

Esa “hoja de ruta” consta de cinco puntos acordados entre ambas partes: el problema de la tierra, la dejación de las armas por parte del grupo guerrillero, la entrada de los rebeldes desmovilizados en la vida política, la solución de la problemática del narcotráfico y la reparación a las víctimas del conflicto.

Los Gobiernos de Cuba y Noruega ejercen como garantes del diálogo de paz colombiano mientras que los de Chile y Venezuela tienen el papel de “acompañantes”.

En la instalación de la mesa de diálogo en Oslo, el exvicepresidente colombiano Humberto de la Calle encabezó el grupo de delegados del Gobierno que también integran el alto consejero para la Paz, Sergio Jaramillo; Luis Carlos Villegas, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi); y los generales retirados Jorge Enrique Mora Rangel (Ejército) y Óscar Naranjo (Policía).

Por parte de las FARC, Iván Márquez”, alias de Luciano Marín, es el jefe del grupo negociador compuesto además por Rodrigo Granda (“Ricardo Téllez”), representante en varios países de Suramérica; Jesús Emilio Carvajalino (“Andrés París”), miembro del Estado Mayor insurgente, y Luis Alberto Albán (“Marco León Calarcá”), delegado en México y Centroamérica.

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