DACA cambia la vida de jóvenes latinos

Se sienten libres y sin temor a ser deportados

Se estima que en California se beneficiarán 400,000 jóvenes entre los 15 y 30 años con la Acción Diferida. Hasta septiembre pasado, el gobierno de Obama había aprobado 72,000 solicitudes desde que el programa comenzó el 15 de agosto.

Se estima que en California se beneficiarán 400,000 jóvenes entre los 15 y 30 años con la Acción Diferida. Hasta septiembre pasado, el gobierno de Obama había aprobado 72,000 solicitudes desde que el programa comenzó el 15 de agosto. Crédito: Damian Dovarganes / AP

SACRAMENTO.- Jessica Vázquez, Alejandro Montoya, María Gómez y Nadia Nochelfer tienen mucho en común: la Acción Diferida, la política federal que paró sus deportaciones y les permitió obtener permisos de trabajo, seguro social y una licencia de manejo, les cambió la vida.

“Ya no me siento limitada, ya no me pueden despedir de mi trabajo porque mi seguro social no es bueno, ya puedo establecer un crédito, y ya puedo manejar más cómoda”, dice emocionada y contenta Jessica Vázquez, graduada del colegio Mills de Oakland con una doble especialidad en biología y literatura española, y cuyo sueño es convertirse en una pediatra.

Jessica al igual que María, Alejandro y Nadia forman parte del aproximadamente 1.7 millones de jóvenes que llegaron al país cuando tenían menos de 16 años, no tienen más de 30 años, han vivido aquí desde junio de 2007 y no tienen delitos graves.

Todos estos requisitos, que los califica para participar en la política federal Acción Diferida, que detiene su deportación y les da permisos de trabajo por al menos dos años.

Jessica tiene 23 años y a los seis años, mezclada con un grupo de 15 personas, cruzó sola la frontera para reunirse con sus padres en California.

Logró ir a Mills, uno de los colegios privados más caros y exclusivos del área de la Bahía debido a las becas que consiguió por sus altas calificaciones.

Actualmente trabaja como gerente en un negocio de jardinería. “Ahora ya podré buscar empleo en hospitales y clínicas”, dice.

Lo más importante para esta muchacha es que la Acción Diferida, le ha dado una seguridad que antes no tenía. “Me siento con más confianza y determinación”, sostiene resuelta y sin titubeos.

Nadia Nochelfer, es una joven uruguaya de 23 años, que fue traída por sus padres a esta nación, cuando tenía diez años, y considera que la Acción Diferida le dio un vuelco a su vida de 360 grados.

“Para empezar, tengo ya un permiso de trabajo que me abre las puertas, un seguro social que me permite no sólo trabajar sino abrir una cuenta en el banco, y tener un crédito común y corriente. Y cuento con una licencia que me posibilita manejar sin miedo”, señala.

Lo que es más, Nadia cuenta que disponer de un permiso de trabajo, un seguro social y una licencia de manejo, le facilita hasta cosas tan simples como ir a bailar. “Antes para ir a bailar, tenía que llevar mi pasaporte. No sabía dónde ponerlo”, comenta.

Esta inmigrante uruguaya es maestra de preescolar y debido a que no tenía documentos de residencia legal, tuvo que conformarse con trabajar como niñera. “Ya con mi permiso de trabajo, estoy por transferirme a una escuela”, dice. Recuerda que se puso a llorar como una loca cuando le llegaron los documentos que le sacaron de las sombras, a menos de dos meses de haberse sometido todos los requisitos.

“Lo más importante para mi, es que hoy ya puedo vivir en este país como un ser humano, y tener derechos”, cuenta esta joven que reside en Menlo Park, en la península de San Francisco.

Más al norte de California, en la comunidad Willows del condado de Glenn, Alejandro Montoya de 19 años a quien sus padres trajeron de Zacatecas, México cuando tenía diez años, está que salta de alegría.

“Ya tengo mi permiso de trabajo, mi seguro social, mi licencia de manejo”, expresa y no duda en exclamar que la Acción Diferida: “me cambió la vida por completo”.

Y explica por qué: “Ya puedo andar sin miedo, encontrar un trabajo, algo que creí que nunca pasaría. Estoy viviendo algo muy grande”.

Montoya estudia negocios agrícolas en el Colegio Butte. “Quiero empezar como gerente y trabajar muy duro para un día tener mi propio rancho. Ese es mi sueño. Y ya nada me puede parar, sólo yo mismo”, enfatiza.

En Los Ángeles, María Gómez de 27 años quien fue traída por sus padres a los ocho años y tiene título universitario en sociología y una maestría en arquitectura por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), asegura que la vida le cambió en muchas formas.

“Ya no tengo ese temor a que la policía me detenga y pueda ser deportada”, cuenta.

Se estima que en California se beneficiarán 400,000 jóvenes entre los 15 y 30 años con la Acción Diferida. Hasta septiembre pasado, el gobierno de Obama había aprobado 72,000 solicitudes desde que el programa comenzó el 15 de agosto.

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