Crimen continúa sin esclarecerse
'Los residentes eran personas honestas y trabajadoras', asegura un joven que conocía a las víctimas
Steve Sauer y su novia Adelina Cantarine se despertaron la madrugada del pasado domingo con el ruido de varios disparos.
Recién cuando llegaba la policía ambos se enteraban de que cuatro personas habían sido asesinadas a pocos pies de su ventana: tres de los cuerpos estaban boca abajo, una tercera a un lado, de rodillas, y a poca distancia uno del otro, pero hasta ayer las autoridades continuaban tratando de descifrar el misterio de este multiple asesinato.
“En un principio no entendíamos lo que estaba pasando porque en la casa de atrás estaban haciendo una fiesta”, dijeron ayer los jovenes en entrevista con La Opinion.
Sauer y Canterine afirmaron que por lo menos una de las cuatro victimas encontradas en el jardín de entrada, a la izquierda de una residencia de rejas blancas de la cuadra del 17400 de Devonshire, en el límite entre Northridge y Granada Hill, era residente de la casa donde ocurrió el tiroteo, pero no la identificaron por nombre; solo dijeron que “era muy buena persona”.
Un vecino alertó a las autoridades luego de escuchar una discusión y disparos.
Según información del Capitán del LAPD, Wiliam Hayes, se trataba de dos mujeres, ambas de aproximadamente 25 años, un hombre de aproximadamente 35 años y un segundo individuo de 40 avanzados, todos de ascendencia asiática.
Los jóvenes suponen que se trató de una posible discusión que terminó mal con ciertas personas que visitaban la residencia. “No es lo que gente piensa, ni lo que están diciendo en la televisión”, señaló.
Hasta el momento del cierre de estaedición la policía no había encontrado el arma ni había revelado el nombre de las víctimas.
Sauer y Cantarine, junto con el padre de este, viven en la casa que las autoridades han descrito como una pensión que operaba de manera ilegal.
Mitchell Englander, concejal del Distrito 12 y oficial de reserva de LAPD, dijo el domingo que la residencia violaba códigos de vivienda, que una de las puertas se encontraba cerrada desde adentro y las personas debían entrar al cuarto por la ventana. Explicó que había colchones en el piso y cocinas improvisadas en varios de los cuartos alquilados y que en ella vivían aproximadamente 12 personas repartidas entre cuatro o cinco habitaciones.
No obstante la pareja niega que los inquilinos vivan en esas condiciones.
“Los medios nos están haciendo ver mal. Dicen que vivimos en una pensión ilegal, en malas condiciones, pero lo que yo puedo decir es que toda la gente que vive en la casa es gente buena, honesta y trabajadora”, dijo uno de ellos en entrevista con La Opinión.
Sauer contó que por mucho tiempo él, su novia y su padre, que se encuentra en una silla de ruedas, vivieron en la calle.
“Mi padre tenía mal crédito por las cuentas del hospital y nadie nos quería rentar un lugar”, señaló el joven, indicando que Yag Kapil, el dueño de la residencia a quien calificó como “una excelente persona”, fue el único que les abrió las puertas y les permitió rentar un cuarto.
Según la pareja, los residentes del lugar eran personas trabajadoras que se levantaban muy temprano en la mañana para ir a trabajar y que estaban tratando de progresar.
“A las ocho de la noche la casa ya estaba en silencio”, dijo Cantarine.
Rosa, la vecina de enfrente, coincidió con los jóvenes. “Lo que más me sorprende es que (el crimen) haya ocurrido en esa casa, que es una de las más tranquilas de la cuadra. Dijo que sus residentes son personas jóvenes y que había conocido a una de ellas, una chica de 22 años, que había cruzado a comprar cuando hizo una venta de garaje (yard sale).
“Esa noche (previa al incidente) por primera vez estábamos sentados viendo televisión y Steve me dijo, ‘Finalmente pude encontrar un hogar para mí, mi novia, mi padre y mi perro’. Y ahora con tanta atención negativa probablemente volvamos a perder todo, justo cuando creímos que por fin habíamos encontrado un lugar donde vivir y que todo mejoraría”, dijo Cantarine entre lágrimas. “Dicen que era una pensión ilegal, en malas condiciones, pero peores condiciones son tener que vivir y dormir en la calle”.