México por reforma educativa
Sus puntos más importantes exigen cambios constitucionales
MÉXICO. El nuevo presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, presentó ayer una iniciativa legal para realizar una profunda reforma en el sector educativo, uno de los pilares del programa de Gobierno que anunció al asumir el poder, el pasado 1 de diciembre.
“La base para transformar a México es la educación”, aseguró Peña Nieto al lanzar la iniciativa en un acto en que se reunieron miembros del Gobierno, parlamentarios y los líderes de los tres partidos políticos más importantes del país.
Los puntos más importantes de la reforma, que exigen cambios constitucionales, incluyen medidas para que la evaluación de los maestros se haga con criterios objetivos y crear un servicio profesional docente sin interferencias sindicales o de otro tipo.
Estas medidas, según expertos del sector, buscan arrancarle al poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) el control de las plazas docentes que son asignadas, muchas de ellas vitalicias y hereditarias.
Este sindicato está liderado por Elba Esther Gordillo, considerada como la mujer más poderosa de México y que se apoya en el Partido Nueva Alianza (Panal), que tiene 10 de los 500 escaños de la Cámara de Diputados.
En el acto, el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, anunció que la reforma obligará a los maestros a someterse a criterios de evaluación de su desempeño, y si no lo hacen habrá “consecuencias jurídicas”.
También dijo que esta evaluación no puede estar sujeta a “caprichos o intereses particulares”.
Esta evaluación de los maestros fue uno de los caballos de batalla del Gobierno anterior, presidido por Felipe Calderón, pero siempre chocó con la resistencia del SNTE, que continuamente ha puesto cortapisas para aplicar ese sistema.
Peña Nieto dijo ayer que, con esta iniciativa, “se reafirma la rectoría del Estado mexicano” en el sector.
En el mismo acto, el líder del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, fue contundente en su valoración de la reforma y dijo que el sector educativo se había convertido en un “botín” de organizaciones sindicales.
Ahora se trata de recuperarlo de “una camarilla que durante décadas fácticamente se fue apoderando, adueñando del sistema educativo nacional”, agregó Zambrano, en clara alusión al SNTE.