Talento inseguro en CCSF
Estudiantes de City College en San Francisco (CCSF) verían su futuro truncado si la institución no mejora su proceso administrativo
SAN FRANCISCO.— Su nombre: Salvador Ortiz. Origen: Guadalajara, México. Edad: 34 años. Situación migratoria: indocumentado. El hombre con estas cualidades hace realidad una frase repetida por todas partes: “Nunca es tarde para estudiar, para prepararse”.
Salvador cursa el primer semestre en City College de San Francisco (CCSF), una institución que atraviesa por un periodo de crisis administrativa, de gobierno, financiera y que podría perder su acreditación para mantener las aulas abiertas en 2013.
Cuando Salvador tenía 14 años abandonó la escuela secundaria, allá en Guadalajara, para conseguir un trabajo que le permitiera apoyar el sostenimiento de su hogar. El deseo de continuar sus estudios volvió cuando en México era ya mayor de edad, a los 18 años. Era tarde para volver a meterse en el uniforme del colegio que había dejado atrás. “Ninguna escuela me podía admitir, por mi edad. Quería estudiar la preparatoria, pero para eso tenía que terminar la secundaria”.
Mientras trabajaba en una lavandería, una tapicería y en una imprenta, Salvador tomó las clases gratuitas de inglés en CCSF —plantel de la Misión—, aprendió a utilizar una computadora y otras habilidades.
El diploma de la secundaria —o High School, como le llaman acá— lo obtuvo gracias al sistema de créditos en CCSF. “Me dio un nuevo ánimo. Me nació una nueva ilusión de aprender algo”.
El interés por continuar sus estudios llevó a Salvador a concursar y calificar para ser respaldado por la ley AB540, que le permitió —a pesar de ser indocumentado— concluir sus estudios de secundaria y continuar con el bachillerato o college.
“A mí me gustaría terminar el college en unos dos años, si todo sigue bien. Para este primer semestre voy a cursar nueve unidades, pero la verdad si no fuera porque tengo el AB540 estaría difícil. El costo total por esas unidades era como de $2,400, con el descuento fueron como $440 por unidad. ¡Me rebajaron casi $1,600!”.
Este tipo de descuentos a estudiantes con escasos recursos y la falta de ingresos económicos al CCSF fueron discutidos en un debate que organizó New America Media, entre los actuales integrantes de la Junta Directiva y los candidatos a tomar sus lugares.
Natalie Berg, integrante de la Junta desde 1993, cuestionó a Chris Jackson la falta de ingresos de unos $400,000 dólares, por mantener programas de apoyo a estudiantes y facilitar el acceso a la educación a las “personas de color”, como calificaron a hispanos y afroamericanos.
Jackson defendió su postura, pues sin esos apoyos, la deuda que tendrían los estudiantes más pobres de la ciudad sería alta e imposibilitaría nuevos aprendizajes. “Remover estas políticas sería inaceptable, tenemos que buscar otras vías para obtener recursos”.
Salvador Ortiz, como integrante del Consejo Estudiantil en el campus de la Misión, impulsó en distintos lugares las proposiciones A y 30, que fueron aprobadas por los electores, y que derivarían más recursos económicos a CCSF por medio de los impuestos de la gente en San Francisco y California.
Diane Garcia reconoce que cuando recién ingresó al City College de San Francisco —por allá en los años setenta—, su mente estaba en otro lugar, no exactamente en los estudios.
“Era joven, tenía 22 años. Al principio me costaba trabajo enfocarme en los estudios. A esa edad te pasan muchas cosas por la cabeza. Pero fueron los maestros quienes me encaminaron y me ayudaron a concentrarme en mi carrera”.
Diane Garcia es una profesora en CCSF con grado de maestría. Ejerce su profesión en dos hospitales de la Bahía de San Francisco. Está casada con un mexicano estadounidense. Madre de tres hijas, abuela de otros tres. Y lo ha logrado gracias a las clases y las personas de este colegio comunitario, que actualmente padece una crisis administrativa y podría perder su acreditación como instituto educativo.
“Cuando egresé como radióloga comencé con mi primer trabajo en un hospital de la ciudad. Gracias a la educación que me dieron mis profesores, comencé a ganar nueve dólares la hora, cuando el salario mínimo era poco más de un dólar. Sin mi educación y sin City College, mi juventud y mi vida habrían sido por completo distintas”, contó Garcia en su oficina ubicada en el edificio de Cloud Hall, en el plantel central de CCSF.
La carrera en radiología no fue una decisión fácil para Diane. Ella en realidad quería ser enfermera. Una amiga la convenció de cursar radiología –finalmente, estaba relacionada con la medicina. Diane no sólo terminó sus estudios técnicos de radiología en 1979, continuó la licenciatura en administración sanitaria y luego la maestría en educación para la salud. Ahora es la jefa del Departamento de Radiología en CCSF e imparte clases en este mismo lugar.
“Hay una manera de devolverle a la comunidad y eso es preparando a más radiólogos. Nosotros no sólo somos los que te toman rayos x en los hospitales, nos especializamos en otras áreas, como la detección de tumores malignos. Estoy convencida de que el 90 por ciento de los radiólogos que están en los hospitales de San Francisco, egresaron de CCSF”.
A Diane le resulta alarmante que City College llegue a cerrar sus puertas a la comunidad. “Es un tema sanitario que puede ser fatal para la ciudad. No me imagino una ciudad sin médicos, radiólogos, pediatras, paramédicos, farmacólogos, cirujanos, dentistas, bomberos, y eso es sólo en el área médica y de atención humana”.
Los años setenta no fueron una buena época para la mujer, recuerda Diane, sentada en su oficina. Tanto su madre —guatemalteca— como su padre —descendiente de italianos—, consideraban que su futuro era dentro del hogar. Los estudios superiores eran para el hombre.
“Fue un tiempo difícil. Los primeros días tenía que escurrirme hacia el salón de clases, sin que ellos notaran”.
Ahora, casi cuatro décadas después, Diane Garcia vive con el empeño en “proporcionar a la comunidad profesionales de radiología que puedan tratar a cada paciente con cuidado, compasión, profesionalismo y habilidades técnicas superiores”.
“Me siento orgullosa de ser una alumna y profesora en City College de San Francisco y de tener la oportunidad de ayudar a crear la próxima generación de técnicos en radiología, que probablemente le atiendan un día. Si este es el caso, siéntase seguro en el hecho de que ellos están bien educados”, dice en su biografía de CCSF en internet.
En noviembre los votantes en San Francisco eligieron a los nuevos integrantes de la Junta Directiva de City College, lo que hizo de estas elecciones las más vigiladas, en especial, por la crisis administrativa que planteó a mediados de este año la Comisión de Acreditación para Colegios Comunitarios [Accrediting Commission for Community and Junior Colleges].