Piden reforma desde el DF
Manifestantes protestan ante la embajada de EEUU en Ciudad de México
MÉXICO, D. F. Bien sabe Elvira Arellano de separación de familias y deportaciones desde que ella y su hijo Saúl americano por nacimiento fueron echados de Estados Unidos, cuatro años atrás del discurso con el que ayer el presidente Barack Obama lanzó un guiño a los latinos que ya no alcanzó a la activista, pero que igual se solidarizó.
Con aval de medio centenar de organizaciones pro migrantes, Arellano se plantó frente a la embajada estadounidense en esta capital a lado de un grupo de ancianos, mujeres y niños oriundos de Michoacán segundo estado expulsor de mano de obra que condensan ejemplos de de las malas políticas migratorias.
Ahí estaba Gloria Bautista, madre de Eriberto Abad. Abogaba por su hijo que es un compendio de desgracias binacionales.
En 2010, mientras el muchacho reparaba el techo de una casa en North Carolina, una redada de ICE lo capturó para deportarlo después de una década de embellecer las fachadas del estado. Así abandonó sin querer a una niña recién nacida que ahora tiene tres años y apenas tiene comunicación con ella por teléfono.
“Ahora es un infeliz que sólo piensa en la niña y en juntar dinero para regresar con un coyote”, cuenta Bautista. “Solo lo detiene el dinero: como vendedor de muebles es muy duro”.
La demanda desde México para el mandatario norteamericano que rindió protesta para su segundo mandato tiene como eje central la Reforma Migratoria, pero con acciones inmediatas que impidan la separación de familia: una “orden ejecutiva que otorgue una moratoria a las deportaciones”.
“El migrante debe dejar de ser sólo una jugosa ganancia”, dijo Arellano durante el mensaje que enmarcó un comunicado de prensa firmado por organizaciones no gubernamentales como El Movimiento Migrante Mesoamericano; los albergues para transmigrantes de Centroamérica “La 72” (Tabasco), Hogar de la Misericordia (Chiapas); defensores de derechos humanos, sindicalistas, feministas y campesinos.