Ataúd llega al Fuerte Tiuna
El Presidente de Venezuela recibe honores y será velado por siete días
CARACAS, Venezuela. Tras casi siete horas de un multitudinario cortejo fúnebre, el ataúd con los restos del presidente Hugo Chávez llegó a la Academia Militar donde se le rendirán honores y será velado durante tres días.
El féretro de madera y cubierto con el tricolor amarillo, azul y rojo de Venezuela fue cargado por algunos ministros desde el techo de una carroza fúnebre hasta un salón de la Academia, ubicada en el Fuerte Tiuna, un vasto complejo militar que alberga el Ministerio de Defensa y los comandos castrenses en el oeste de la ciudad.
Chávez, de 58 años y quien falleció la víspera tras dos años de padecer cáncer, juró como oficial de Ejército en la Academia en 1975.
El ataúd, que había salido temprano del Hospital Militar, al oeste de Caracas, fue recibido en la Academia por el alto mando militar.
Luego se cerraron las puertas de un salón para una ceremonia privada con familiares de Chávez, según explicó la televisora oficial.
La multitud comenzó a dispersarse a las afueras de la Academia, donde se espera que permanezcan los restos mortales del Presidente hasta el viernes. Aún no se informa donde será enterrado Chávez.
Luego de la ceremonia privada, el ataúd fue cargado en hombros por el ministro de Defensa, almirante en jefe Diego Molero, así como otros altos oficiales, y avanzó a lo largo de una extensa alfombra roja flanqueada por cadetes de todas las fuerzas.
Detrás del ataúd se podía ver caminando despacio a Rosa Virginia, María Gabriela, Hugo y Rosinés, los cuatro hijos del Presidente.
La mayor de sus hijas, Rosa Virginia, lucia con el rostro desencajado y los ojos hinchados por el llanto. También estaba la madre de Chávez, Elena Frías de Chávez y el hermano mayor del jefe de Estado, Adán Chávez.
Luego los militares colocaron el féretro cerrado y con la bandera encima y rodeado por cuatro grandes cirios. De inmediato se realizó una oración por parte de un sacerdote.
La llegada a la Academia marcó un día de luto para cientos de miles de personas que acompañaron desde temprano la salida de los restos del mandatario desde el Hospital Militar rumbo a la escuela castrense, en un acto en que hubo desde cantos y música hasta llantos y vivas al fallecido dirigente venezolano que gobernó a esta rica nación petrolera por 14 años.
Uno de los himnos que se escucharon durante el largo cortejo fue el del batallón Bravos de Apure, uno de los favoritos de Chávez que durante su vida militar fue miembro de esa unidad de blindados (tanques): “Al rumor de clarines, guerreros ocurre el blindado, ocurre veloz con celosos dragones de acero que guardan la patria, que el cielo nos dio, patria, patria. Patria querida, tuyo es mi cielo, tuyo es mi sol, patria tuya es mi vida, tuya es mi alma, tuyo es mi amor”, dice la letra y que Chávez solía cantar. Chávez, quien fue teniente coronel del Ejército, fue comandante de Pelotón y Compañía de Tanques AMX-30, en Maracay, 1978-79.
En el acto a puerta cerrada en el salón de la Academia sólo estaban parientes, altos funcionarios, congresistas, gobernadores, todos de rostro compungido.
“Yo no es que me alegre que haya muerto, pero no puedo estar triste”, dijo Delia Ramírez, una contadora de 32 años. “Ese hombre sembró mucho odio y división entre los venezolanos y pasaran muchos años para que los venezolanos volvamos a ser ese pueblo amable, en que no había tanta desconfianza y miedo entre nosotros”.
En medio del luto ni la oposición ni la dirigencia chavista mencionaron el tema más inmediato por resolver: convocar nuevas elecciones.
“La agenda del país está supeditada al duelo” por el jefe de Estado muerto, dijo en entrevista telefónica con The Associated Press Mariana Bacalao, profesora de opinión pública de la Universidad Central de Venezuela.
Entre la multitud, sin embargo, las consideraciones sobre las elecciones y la legitimidad de Maduro en el cargo parecían poco importantes.
“Vengo a acompañarlo hasta el final”, dijo José Terán, un operador de grúas de 49 años. “Nunca nos lo esperábamos. Siento un profundo dolor porque perdimos a alguien muy querido… Tenía un corazón muy grande”, aseguró.
A la cabeza del cortejo estuvo Maduro desde el inicio y por la tarde la televisora oficial mostró a Cabello sumándose a la marcha.
Vistiendo una chaqueta amarilla, azul y roja, Maduro caminaba lentamente junto al mandatario boliviano Evo Morales, quien también estaba en el grupo. Temprano y en medio del tumulto ambos cayeron al piso.
En la Academia Militar, donde Chávez prestó su juramento militar en 1975, se realizará una misa. Los restos del mandatario permanecerán allí hasta el viernes, pero no se ha indicado cuándo ni dónde será sepultado.
El Gobierno decretó siete días de duelo por el fallecimiento del dirigente político, por lo que no hay clases en los colegios ni están abiertas las oficinas públicas. La mayoría de los comercios permanecieron cerrados y en calles de la capital se observaba poco flujo de personas y vehículos. En medio de ese ambiente dominical muchos aprovecharon el día para ir de compras al supermercado.
En un recorrido que realizo la AP por tres grandes supermercados del norte y centro de la capital se observó una fuerte presencia de personas y filas de más de 50 clientes formadas frente a las cajas.
“Se corre el rumor de que las personas dicen que Venezuela va a sufrir transformaciones [con la muerte de Chávez] y que hay que reservar, hay que comprar”, dijo Lenin Morillo, un mesonero de 27 años al salir de un supermercado en el norte de Caracas.
La madre del extinto jefe de Estado, Elena Frías de Chávez, salió junto al ataúd desde el hospital militar caraqueño donde falleció Chávez vestida de negro y secándose las lágrimas con un pañuelo blanco. Una de sus tres hijas, María Gabriela, también fue vista llorando a las puertas del hospital.
“Chávez al Panteón, junto con Simón”, gritó una muchedumbre a la salida del hospital en referencia al Panteón Nacional, una edificación en el centro capitalino donde reposan los restos de Bolívar.
Al grito de “La lucha sigue, Chávez vive” miles de personas saludaron desde puentes y edificios el paso del féretro. “Chávez te amo” y “Viva Chávez” gritaban desconsolados seguidores del gobernante mientras levantaban su brazo derecho con el puño cerrado, recordando una señal característica que hacía Chávez.
“Siento mucho dolor, mucho”, dijo con el rostro bañado en lágrimas Yamile Gil, un ama de casa de 38 años. “Nosotros no queríamos llegar a ver a nuestro presidente así [muerto]… siempre lo vamos a amar”, agregó Gil entre la multitud.
La historiadora Inés Quintero dijo en diálogo telefónico con la AP que una manifestación semejante a la del cortejo no se había visto en el país y que era “la expresión legítima por la desaparición de una figura con la que se sienten profundamente identificados” muchos venezolanos.
El ataúd fue colocado por varios soldados sobre el techo de un vehículo decorado con flores blancas. Delante del automóvil iban varias motocicletas abriendo el paso mientras detrás se agolpaba la multitud y algunos ministros que parecían sostener el féretro.
Los asistentes al desordenado cortejo vestían camisetas rojas, el color que ha identificado a los seguidores de Chávez. Todos daban vivas al fallecido presidente y tomaban fotografías con sus teléfonos celulares, una escena impensable hasta hace algunos meses cuando el propio Chávez decía que estaba curado del cáncer.
Entre la multitud había uniformados de verde como algunos de los varios cuerpos que integran la fuerza armada venezolana, de más de 200 mil miembros.
Las lágrimas parecían intensificarse cuando por parlantes colocados en camiones se escuchaban estrofas del himno nacional cantadas por el propio Chávez.
Varios mandatarios latinoamericanos como Cristina Fernández de Argentina y José Mujica de Uruguay han llegado desde la noche del martes y en la madrugada para asistir a las honras fúnebres.