Millonarios de México, un asunto de familia

Slim a la cabeza del 'ranking' que 'Forbes' hace por primera vez en el país

Magnates Bill Gates, de EEUU y Carlos Slim (der.), de México.

Magnates Bill Gates, de EEUU y Carlos Slim (der.), de México. Crédito: EFE

MÉXICO, D. F.— Ser millonario en México es un asunto de familia. Cuestión de generaciones con capacidad de adaptación. Supervivientes y defensoras de sectores con escasa competencia tolerada por un Estado permisivo con prácticas monopólicas o manipulaciones legales que impiden la distribución de la riqueza.

La conclusión editorial de la revista Forbes en su primera lista pública de los 35 millonarios del país que cotizan en la Bolsa de Valores es el perfil de la cúpula empresarial mexicana.

“No hay innovaciones, son fortunas que se heredan. No vemos jóvenes que destacaron por su creatividad, sino hijos de empresarios metidos en sectores que el Gobierno no ha querido regular”, resume Jonathan Torres, editor adjunto de la publicación que comenzó operaciones en México en noviembre pasado.

“Hay tan pocas posibilidades de volverse rico por las grandes ideas en este país que si Bill Gates fuera mexicano no existiría su fortuna”.

Los que tienen aquí su lugar son herederos de viejos hombres de negocio con el mismo perfil: sigilosos, discretos, agresivos expansionistas, hábiles comerciantes, industriales, financieros, constructores y seductores del Gobierno en turno.

Ahí están Los Slim, la dinastía que encabeza Carlos Slim Domit con 73,000 millones de dólares a través del monopolio de la telefonía móvil (acapara el 70% en México) o Los Bailleres, con 18,200 mdd y los Larrea (16,700 mdd), en la industria minera, la más mortal del país, que tiene entre sus clientes a la estatal Comisión Federal de Electricidad.

Las tres familias concentran el 62% de la fortuna acumulada del listado de las 35 de Forbes con 107,900 millones de dólares, más del total de la deuda externa de México.

Les siguen herederos de viejos hombres de negocio. Entre ellos, Ricardo Salinas Pliego, prestamista y dueño del emporio de las telecomunicaciones liderado por TV Azteca.

Eva Gonda, accionista de Coca Cola Femsa, que tiene la fortuna de su fallecido esposo, quien a su vez la recibió del abuelo, un impulsor feroz del consumo de las bebidas edulcorantes que no controlan las autoridades sanitarias aun cuando se trata de una causante de diabetes en el país.

María Asunción Aramburuzabala, de Grupo Modelo, hija de fundadores; Juan Pablo del Valle Perochena, de los pocos millonarios que han sacado partida de los resquicios legales de la paraestatal Petróleos Mexicanos con la industria petroquímica que dejó su pariente Antonio del Valle.

Los Servitje, dueños de grupo Bimbo; los Arango, fundadores de Bodega Aurrera, y Emilio Azcárraga, presidente de Grupo Televisa, cuya fortuna de 2,500 millones de dólares creció desde el capital que recibió a la muerte su padre Emilio Azcárraga Milmo, quien acaparó por décadas la televisión del país.

No quedaron fuera los políticos. Carlos Hank Rhon, presidente del Consejo de Administración de Grupo Financiero Interacciones, está en el sitio 15 con 1,900 mdd.

El exalcalde de Tijuana, hijo del fallecido Carlos Hank González, fundador del Grupo Atlacomulco, uno de los cerebros del Partido Revolucionario Institucional (PRI), está cinco lugares arriba de los Robinson Bours, dueños de Bachoco (especializada en carnes y huevo) con aspiraciones de mando: Eduardo Bours fue gobernador de Sonora del 2000 al 2006.

En la cola del ranking, Forbes ubicó a seis socios de la cadena de tiendas Soriana acusadas de apoyar ilegalmente a la campaña del hoy presidente Enrique Peña Nieto en 2012: los hermanos Ana María, Carlos, Francisco, Juan José, María Teresa y Pedro Luis Martín Bringas.

En medio de la bonanza la revista Forbes destacó que la distribución de la riqueza continúe en retroceso: todavía hay 52 millones de mexicanos en la pobreza (casi la mitad de la población) y el país “carga con el sambenito de ser de mayor desigualdad” en la evaluación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.

El economista Alejandro Pérez Pascual, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), observó que si existieran las regulaciones adecuadas, habría fortunas modestas, pero menos pobres. “En lugar de pagar 200 pesos por los productos y servicios, los hogares pagarían 100, pero las reglas actuales de los monopolios nos hacen pagar el doble para bien de unos pocos”.

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