Ceden prisión a afganos
La transferencia se completa un año después de que EEUU y ese país la pactaran
EDITORES: Con AP Fotos.
BAGRAM, Afganistán. Los militares estadounidenses cedieron ayer lunes a los afganos el control de su último centro de detención en Afganistán, un año después de que ambas partes accedieron a la transferencia.
La cesión de las Instalaciones de Detención de Parwan pone fin a un capítulo áspero en las relaciones de Estados Unidos con el presidente afgano Hamid Karzai, quien exigió el control de la prisión como cuestión de soberanía nacional.
La transferencia tuvo lugar pocas horas antes de la visita no anunciada del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para entrevistarse con Karzai, ante las preocupaciones de que el presidente afgano esté dificultando el progreso en la guerra contra el extremismo con su retórica antiestadounidense.
La disputa por el control de la cárcel provocó asperezas entre los dos países en los últimos meses en medio de las negociaciones para un acuerdo bilateral de seguridad que regule la presencia de soldados estadounidenses en Afganistán después del 2014.
El comandante supremo de Estados Unidos en Afganistán, general Joseph Dunford, cedió el control de Parwan, cerca de la base militar estadounidense de Bagram al norte de Kabul, en una ceremonia después de firmar un acuerdo con el ministro de Defensa afgano Bismula Khan Mohammadi.
“La transferencia del centro de detención forma parte importante de la transición general a las fuerzas nacionales afganas del control de la seguridad. Esta ceremonia pone de manifiesto un Afganistán cada vez con más confianza, capaz y soberano”, dijo Dunford.
Hace un año se firmó un acuerdo inicial para la cesión de Parwan, pero los estadounidenses se resistieron a cumplirlo, preocupados de que el Gobierno afgano pusiera en libertad a prisioneros que consideraba peligrosos.
Un obstáculo fue un fallo de un panel judicial afgano según el cual la detención administrativa, la práctica de retener a alguien sin cargos formales, violaba las leyes nacionales. Estados Unidos sostuvo que el derecho internacional permite la detención administrativa y argumentó que no podía arriesgarse a entregar detenidos peligrosos al sistema judicial afgano notoriamente corrupto.
Un plazo inicial para la cesión se venció en septiembre y otro a principios de marzo.
No se dio a conocer la fórmula por la cual ambas partes solucionaron el dilema. Las autoridades dijeron que el Gobierno afgano invocará un procedimiento que asegura que los prisioneros considerados peligrosos no serán puestos en libertad.
Según un alto funcionario estadounidense en Washington, el acuerdo también incluye una disposición que permite a Estados Unidos y Afganistán trabajar conjuntamente para resolver cualquier diferencia. La fuente habló con la condición de guardar el anonimato por no tener autorización para discutir públicamente el asunto.