Gigantes con misma mentalidad

La novena campeona de San Francisco confía en Lincecum para llegar a playoffs

Un renovado Tim Lincecum (izq.) y Barry Zito bromean antes de un juego de exhibición contra los Padres

Un renovado Tim Lincecum (izq.) y Barry Zito bromean antes de un juego de exhibición contra los Padres Crédito: AP

ESPECIAL

Pelo corto, anteojos negros. Nada de comer hamburguesas, sino más ensaladas. En imagen y hábitos alimenticios, el cambio de Tim Lincecum fue radical.

La gente se ha encontrado en este inicio de temporada con alguien totalmente diferente al pitcher de los Gigantes que se adjudicó dos premios Cy Young y se ganó el apodo de “The Freak” por su personalidad estrafalaria y talento sobrenatural.

“Quería hacer algo diferente. Antes, iba el peluquero cada seis meses por perezoso”, dijo Lincecum, reconocido por la larga caballera que se salía de su gorro. “Ahora, se siente bien lucir acicalado”.

Pero hay algo mucho más vital que un cambio de aspecto. Lincecum tiene que demostrar que sigue siendo una pieza fundamental en la rotación de los vigentes campeones de la Serie Mundial.

Tras perder 15 partidos y ver disparar su efectividad a un escandaloso 5.18 en su sexta campaña en las mayores, Lincecum fue relegado al bullpen en los playoffs.

Hay que reconocerle que asumió la tarea con la mejor disposición y hasta brilló cada vez que le dieron la bola al acumular un promedio de carreras de limpias de 0.69 en las 13 entradas que trabajó como relevista en la marcha al campeonato.

Luego de los festejos, el mánager Bruce Bochy manifestó que Lincecum volvería a la rotación, aunque sin descartar la posibilidad de que pueda probarle como cerrador más adelante.

“Mi perspectiva es no estar en el bullpen. Mi perspectiva es que quiero ser un abridor y que quiero volver a estar en la elite”, afirmó.

Los primeros indicios no han sido favorables para su causa tras terminar la pretemporada con una efectividad de 10.57. Sobra advertir que los resultados de la primavera no cuentan, pero habría que estar inquietos.

Lincecum emprende la última temporada de un contrato de dos años por 40.5 millones de dólares, con el cual se embolsará 22 millones esta temporada.

Al umbral de negociar un nuevo pacto, el estímulo para recuperar su mejor nivel será más fuerte.

Los Gigantes salen al ruedo con prácticamente el mismo plantel que conquistó su segundo campeonato en tres años, la racha más exitosa en Grandes Ligas desde que los Yanquis se coronaron consecutivamente en 1998, 1999 y 2000.

Con Bochy como director de orquesta, la partitura de los Gigantes no desafina.

Un pitcheo dominante, en el que Matt Cain lanzó un juego perfecto.

El cátcher Buster Posey fue el Más Valioso de la Liga Nacional. El tercera base venezolano Pablo Sandoval se consagró como el Más Valioso de la Serie Mundial tras convertirse en el cuarto hombre en la historia en conectar tres jonrones en un mismo juego del clásico, dos de ellos contra Justin Verlander.

“Nuestro equipo tiene la química perfecta. Es nuestra principal característica, lo mejor que tenemos”, dijo Ángel Pagán, el jardinero puertorriqueño que se destacó en su primera campaña con el club.

Gregor Blanco, quien tomó el puesto de Melky Cabrera cuando el dominicano fue suspendido por dopaje, será el titular en el bosque izquierdo.

Hunter Pence, quien llegó procedente de los Filis a mitad de la pasada campaña para jugar en el jardín derecho, debe motivarse al entrar al último año de su contrato. Cain y Madison Bumgarner conforman un notable 1-2 en la rotación, seguidos por Lincecum, Barry Zito y Ryan Vogelsong.

Tras la partida de Brian Wilson, el puesto de cerrador ha quedado en manos de Sergio Romo, quien estuvo espectacular en la postemporada y sacó el último out de la Serie Mundial ponchando a Miguel Cabrera.

Mientras Dodgers intentan encontrar cohesión, los Gigantes apuestan a la continuidad.

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