‘Cupcakes’ con un toque mexicano

Inmigrante mexicana abre negocio en el centro financiero de San Francisco

La empresaria Elvia Buendía dice que cuando le pones amor a un negocio es más fácil.

La empresaria Elvia Buendía dice que cuando le pones amor a un negocio es más fácil. Crédito: Erika Cebreros / El Mensajero

SAN FRANCISCO.— Elvia Buendía aún recuerda la emoción que sentía cuando se acercaba el cumpleaños de uno de sus hermanos, durante su infancia. Y es que eso significaba otra oportunidad más para ayudarle a su mamá a hacer el pastel, una de sus actividades favoritas. “Mi mamá hervía la leche pura de vaca y le quitaba la nata para usarla en lugar de mantequilla en los pasteles”, relata esta inmigrante mexicana, que el pasado 21 de marzo inauguró su negocio La Luna Cupcakes, en el centro de esta ciudad.

Vende una variedad de cupcakes con un toque mexicano como los de tres leches y de chocolate azteca (con chile), además de los tradicionales de vainilla y zanahoria. También prepara cupcakes salados, entre los que se incluyen los de salmón con crema y los de carne con queso y salsa.

“Mi madre ha sido una gran inspiración para mí y es por eso que el nombre del negocio es en su honor”, explica la empresaria sobre Luna, su apellido materno. Pero detrás del moderno y bonito local de Buendía, hay una larga historia de aprendizaje, solidaridad, esfuerzo y sacrificio.

Cuenta que el primer pastel que hizo al llegar a Estados Unidos, hace alrededor de 15 años, su hijo lo calificó como “una llanta”. Se le había quemado porque no sabía la diferencia entre los grados Centígrados y Fahrenheit. Eso la motivó a entrar unos años más tarde, en 2004, a The Bread Project (breadproject.org), una organización sin fines lucro donde los estudiantes aprenden a hornear y se capacitan para laborar en panaderías y restaurantes. Cuentan con sucursales en Emeryville y Berkeley.

Después de completar su curso de 2 años en The Bread Project, era una experta en hornear pero no en negocios. “Más o menos por ese tiempo, mi esposo perdió su empleo. Pensé que podía contribuir económicamente haciendo lo que sé hacer. Algunas personas ya me empezaban a pedir órdenes de pasteles”.

Aprender sobre negocios

Para aprender más sobre negocios decidió tomar un curso en C.E.O. Women, otra organización sin fines de lucro cuya misión era ayudar a mujeres inmigrantes a abrir o expandir sus propias microempresas (dicha organización dejó de operar el año 2011).

En C.E.O. Women le otorgaron 1,500 dólares. “Compré ollas y el equipo para hacer mis pastelitos. Me fui a sacar los permisos de salud que requiere la ciudad. Fue entonces cuando me enteré que no podía cocinar mis pasteles en mi casa, tenía que ser en una cocina comercial”.

Eso la llevó en 2009, a otra organización no lucrativa, La Cocina (lacocinasf.org), ubicada en la Misión, el barrio latino de San Francisco. Esta brinda a los pequeños empresarios, una cocina comercial donde pueden preparar sus productos. El alquiler del equipo es muy económico. También les ofrecen asesoría técnica y capacitación en las áreas de mercadeo y finanzas, entre otras.

En La Cocina la ayudaron a crear su plan de negocios y a encontrar su actual local, ubicado en el centro comercial Crocker Galleria (50 Post), en el centro financiero de San Francisco. “Ni yo misma me lo creo. Siempre me imaginé que tendría un pedacito pequeño para vender mis pastelitos”, dice Buendía al observar alrededor de su amplio y sofisticado local, donde además de cupcakes, vende café y yogurt.

Antes de abrir su negocio, la empresaria ya vendía sus pasteles en internet en (lalunacupcakes.com).

La barrera del idioma

El idioma también representó un reto para Buendía, quien tiene muy presente la pregunta que le hizo una persona hace muchos años, cuando le comentó la idea su negocio. “No me agradó mucho cuando me preguntó: ‘¿Cómo vas vender tus pasteles si no hablas inglés?’. Mi respuesta fue ‘voy a vender mis pastelitos, no mi inglés’. La emoción no me debaja ver los obstáculos. Ahora comprendo que no es así y que es muy importante hablar inglés”.

La empresaria enfantiza que su éxito se lo debe a toda la gente y organizaciones que le han ayudado a través de los años. Actualmente cuenta con un par de empleados, además cuenta con el apoyo y ayuda de sus hijos y esposo. “Abrir un negocio no es difícil pero cuando lo haces con mucho cariño y amor es más fácil”.

Más información sobre La Luna Cupcakes: lalunacupcakes.com

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