Un actor con estrella
Tom Cruise es todo un astro del cine que ha sobrepasado los obstáculos en su carrera
Tom Cruise el pasado 27 de marzo en la premier de 'Oblivion' en Río de Janeiro, Brasil. Crédito: Associated Press
Salvador CisnerosAgencia Reforma
MÉXICO, D.F. Tom Cruise, en términos artísticos, es un actor respetado, notable, con tres nominaciones al Oscar que respaldan su talento histriónico, pero no hay duda alguna de que el trabajo que mejor sabe hacer es el de ser súper estrella de cine y vender películas, pues ha logrado permanecer en la cima de Hollywood por más de dos décadas a pesar de los obstáculos.
Maestro de las relaciones públicas
El protagonista de Oblivion (El Tiempo del Olvido, llamada en español), su más reciente cinta de ciencia ficción (que se estrenó el 12 de abril), es un maestro de las relaciones públicas y entiende la industria del cine en términos de marketing mejor que nadie y por eso a sus 50 años sigue vigente y se embolsa un promedio de 75 millones de dólares anualmente.
Si los estudios decidieron apoyar la carrera de Cruise después de que su popularidad se proyectara al cielo con la misma velocidad con la que maniobraba los F-16 en Top Gun: Pasión y Gloria (1986), es por la ética de trabajo del actor neoyorquino fuera del set.
Cruise puede pasarse horas en las alfombras rojas firmando autógrafos y sonriendo para las cámaras, sosteniendo y aumentando así su base de fans; tampoco deja que una gripa con fiebre de casi 40 grados lo hagan perderse un programa de televisión, como lo probó cuando fue al Show de Graham Norton para publicitar Jack Reacher: Bajo la Mira (2012).
Sin embargo, a pesar de que su nombre es una marca registrada en Hollywood, su travesía por el mundo del cine no ha sido una ruta inmaculada. Ha tenido como obstáculos dos mediáticos divorcios, un comportamiento juvenil y cursi cuando se enamoró de su ahora exesposa Katie Holmes, su controversial creencia en la Cienciología y lidiar con rumores de su presunta homosexualidad.
Mago de la industria del cine
Los estudios y productores de cine saben que la campaña de promoción de una película es incluso más importante que la calidad cinematográfica del filme para garantizar la reinversión.
Para que una película de alto presupuesto funcione en términos económicos, los estudios gastan a veces hasta un equivalente del 50% del costo de producción de la película y lo destinan para publicidad y promoción. Ahí está la clave por la que Cruise se hizo una estrella, pues él, obviando que es un un actor versátil que se desenvuelve en el drama, la comedia o la acción, domina el negocio de vender películas. Cruise sabe que hacer promoción entrevistas, apariciones en talk shows, alfombras rojas y pasar tiempo con los fans es tan fundamental como realizar una buena actuación. Prueba de ello es que durante la premier de Oblivion… en Río de Janeiro, Brasil, el 27 de marzo, donde él estuvo dos horas en la alfombra roja firmando autógrafos, tomándose fotos y dando entrevistas cortas para la televisión; todo esto después de haber hecho lo mismo en una estancia de 36 horas en Buenos Aires, Argentina.
Cruise entendió la evolución de la industria y fue de las primeras estrellas que, tras comprender el potencial de los mercados extranjeros para el cine, empezó a hacer las giras internacionales de promoción. Sus horas acumuladas de jet lag y los sellos en su pasaporte le han rendido frutos, pues todas sus películas, incluso las que no rebasan los 100 millones de dólares en la taquilla de Estados Unidos, incrementan sus ganancias de manera considerable en el resto del mundo. Un ejemplo claro es Encuentro Explosivo, filme que protagonizó con Cameron Diaz, el cual “solo” acumuló 76 millones de dólares en el mercado americano, pero en el resto del mundo tuvo un incremento en ganancias del 70% al recaudar 185 millones.
Lo mismo pasó con otros filmes para los que Cruise hizo una intensa campaña internacional de promoción: Operación Valquiria (2008) recaudó 83 millones de dólares en Estados Unidos y 117 en el resto del mundo; Jack Reacher: Bajo la Mira (2012), 80 millones en el mercado doméstico y 136 millones en el internacional.
Bache mediático
Sin embargo, en Hollywood la imagen lo es todo y puede bastar un momento para que la reputación pública que se ha construido en años se derrumbe en cuestión de segundos. Cruise y su equipo manejaron bien en términos mediáticos el divorcio con Nicole Kidman; no hubo declaraciones escandalosas de ninguna de las dos partes, algo que pudo haber repercutido mucho más, en términos económicos, en la carrera de él que en la de ella. Después de un romance con Penélope Cruz, Cruise tuvo una muy mediática relación con Holmes en la que mostró una faceta que poco le ayudó a su imagen pública que puso en jaque su carrera. Se volvió en blanco de burlas por actuar como adolescente todos recordamos los famosos brincos en el sillón al revelar en entrevista con Oprah Winfrey que él y Holmes estaban juntos. Eso, aunado con su discusión con el periodista Matt Lauer en cadena nacional sobre los medicamentos para personas con trastornos psicológicos, los cuales Cruise reprueba rotundamente, Paramount decidió no renovar su contrato con la estrella y en agosto del 2006 terminó su vínculo laboral con él después de 14 años. Cruise tuvo que tomar medidas y la primera de ellas fue darse cuenta que la familia y los negocios no se mezclan: despidió a su hermana, Lee Anne DeVette, quien fue su publicista durante 20 meses; claro que este asunto familiar y de negocios fue manejado con extrema diplomacia y se informó que DeVette había dejado ese cargo porque durante varios años había deseado dedicarse a trabajar en fundaciones altruistas. El actor neoyorquino buscó la asesoría del experimentado Paul Bloch y empezó a reconstruir su carrera con película taquilleras, la primera de ellas fue en un papel pequeño Una Guerra de Película (2008), donde mostró nuevos dotes para la comedia. A la par, su imagen pública se consolidó con el nacimiento de su hija Suri y de paso sirvió para contrarrestar los rumores de su homosexualidad. Hay que recordar que Cruise ha demandado varias veces a publicaciones y personas que lo acusan de ser gay. La más famosa de ellas es quizá la demanda que le ganó al Daily Express, por la cual él y Kidman recibieron una suma no revelada que donaron a obras de caridad.Pero quizá el reto más grande en términos de imagen pública lo afrontó el año pasado al divorciarse de Holmes y afrontar los rumores de que ella lo dejó por la manera en que él quería educar a Suri, muy apegado a sus creencias de la cienciología. Una separación escandalosa podo mermar mucho la recaudación en taquilla de sus películas. El equipo de Cruise, ahora liderado por la veterana publicista Amanda Lundberg, decidió controlar los daños lo más rápido posible. Cruise no estaba en una posición cómoda. El periodista de espectáculos Owen Vaughan lo resumió así. “Holmes no tiene nada que perder. Cuando Cruise se divorció de Kidman, ella era una estrella en ascenso y él estaba en la cima del poder. Ella no podía darse el lujo de alinearlo con historias sobre lo que pasó en el matrimonio. La carrera de Holmes nunca levantó […]; ella sí puede darse el lujo de ignorar una amenaza como ‘nunca volverás a trabajar en este pueblo (Hollywood) de nuevo’, escribió en news.com.au. Se necesitaba una acción rápida. Entonces, el divorcio lo firmaron el 9 de julio en Nueva York, tan sólo un mes después de que la noticia de la separación se hizo pública. Cruise no ha dado ninguna entrevista respecto a su divorcio y, mientras él guarda silencio, en tabloides sensacionalistas se publican historias sobre las fricciones con su ex esposa por conflictos con el tiempo compartido con Suri.
Sin hacer juicios de valor sobre la vida privada de Cruise, de lo que no queda duda es que tiene una ética de trabajo que lo ha llevado a ser, a sus 50 años, una de las súper estrellas de Hollywood y, según Forbes, el actor mejor pagado del año pasado con 75 millones de dólares.