Venezuela: El cacerolazo que viene
Según el consulado de Venezuela en San Francisco, Maduro ganó con 214,765 votos menos que su contrincante Capriles; oposición programa protesta para el sábado 20 de abril
SAN FRANCISCO.— “¡Con Maduro, Venezuela está seguro!”, se escuchaba el grito desde el otro lado de la calle. Y continuó: “¡Con Maduro, la vivienda está segura; se garantiza una verdadera fuerza económica; escuela gratuita; que los pobres tengan comida en la mesa!”.
De la acera contraria, la respuesta fue rotunda: “¡Eso será en tu país, porque en Venezuela no!”.
En el lado Este de la calle Misión, entre las calles 8 y 7, al mediodía del domingo 14 de abril, centenares de venezolanos parloteaban en la acera, entraban y salían de la sede del consulado de su país, dentro del edificio marcado con el 1161.
Si las jornadas electorales son fiestas cívicas, los venezolanos las tornan en un jacarandoso bochinche.
El 7 de octubre de 2012 los venezolanos votaron para elegir presidente de su país. Seis meses después se hallaron en las mismas, tras la muerte de quien ejercía el cargo, Hugo Chávez, el 5 de marzo.
De los casi 19 millones de electores registrados en el padrón venezolano, 37 mil se encuentran en los Estados Unidos. A San Francisco llegaron desde el estado de Tennessee a votar, en aquella fecha y hora. Y claro que también de Los Ángeles, de Portland, de Seattle; pues es el del Área de la Bahía el único en la costa Oeste de los Estados Unidos y uno de los tres que funcionan en el sur del país, tras ordenar Chávez el cierre de la oficina en Miami en enero de 2012.
Así que este 14 de abril parecía que los mismos mil venezolanos que votaron hace seis meses habían retornado; parecía el mismo domingo aquel de octubre. Henrique Capriles era el candidato opositor y Hugo Chávez, quien ganó la presidencia en 1999 y desde entonces controlaba al país —con un paréntesis de tres días en 2002, en los que fue derrocado y repuesto—, el hombre fuerte a vencer, aunque esta vez, bajo el nombre de Maduro.
El resultado ya es oficial para ahora. Nicolás Maduro, señalado por Chávez como su sucesor en noviembre, cuando el cáncer lo debilitaba, y presidente interino tras la muerte del mandatario, es hoy presidente electo tras un apretado triunfo sobre Capriles, menos de dos puntos porcentuales de diferencia. “Victoria chimba del heredero”, tituló Tal Cual, un tabloide de Caracas, el 15 de abril.
Un país socialista
En el consulado venezolano de San Francisco se depositaron 1,026 votos válidos el 14 de abril. Henrique Capriles obtuvo 996; Nicolás Maduro, 30.
“Es la misma tendencia que vimos el 7 de octubre”, comentó Eduardo Colmenares, quien coordinaba una encuesta de salida entre los votantes. A sus espaldas, en el lado Oeste de la calle Misión, una docena repetía consignas a favor de Maduro. Se le preguntó si aquellos eran venezolanos. “Ellos dicen; pero los primeros que estuvieron no hablaban ni español”, fue su respuesta.
ANSWER, un grupo de izquierda que suele manifestarse en contra de la guerra, la brutalidad policiaca, los derechos de las mujeres, simpatizó con el movimiento Occupy y en marzo organizó un velatorio por Hugo Chávez en San Francisco, llevó a los simpatizantes de Maduro al consulado; entre el grupo se encontró a dos venezolanos, con credencial para votar ambos; el resto eran salvadoreños radicados en la Bahía y mexicanos de Los Ángeles.
“Dicen que todos los venezolanos llegamos a Estados Unidos ahuyentados por Chávez, eso es mentira”, dijo Luz Vargas, radicada en Oakland, quien de tiempo en tiempo empuñaba un megáfono para clamar consignas a favor de Maduro.
“Yo llegué, empujada por la miseria, hace 30 años. Ya me hice ciudadana”, continuó Vargas. “No critico a este país. Este país tiene vales de comida, como puso Chávez; programas de vivienda, como hizo Chávez. Entonces, ¡este país es socialista! Estados Unidos es el primer país socialista”.
Relató: “Me quedé sorprendida cuando me dijeron: ‘Si necesitas leche para tu hija, te la damos’. Me ofrecieron inscribirme al WIC (Woman, Infants and Children, un programa del Departamento de Agricultura con vales de comida). Yo no entendía, hasta que mis amigas me dijeron: ‘Laila, plan 8. ¡Comida!’ Entonces yo entendí. Por eso este país no se levanta, porque le da de comer al pobre”.
Vargas dijo que, gracias a Chávez, en Venezuela ahora “el pobre tiene derechos”. Existe, incluso, oposición política, mencionó.
Cacerolazo
Verónica Urdaneta simpatiza con esa oposición; radicada también en la Bahía, ella votó por Capriles. Registrada como miembro de la mesa de casilla —se instalaron cuatro mesas para votar dentro del consulado— acusó irregularidades en el proceso.
Urdaneta mencionó imposición de funcionarios de casilla. Acusó directamente a la cónsul en San Francisco, Tibisay Lugo, de impedir la entrada a los acreditados por la oposición la mañana del viernes 12, cuando formalmente asumirían el cargo de representantes de casillas. “Ella decidió quiénes sellarían, contarían y despacharían las actas de conteos de votos; eligió exclusivamente a chavistas”.
En el área en que se votó había carteles con la imagen de Hugo Chávez. “Eso cuenta como proselitismo”, dijo Urdaneta. Al menos uno de los funcionarios de casilla vestía una casaca militar.
El sábado 20 de abril, a partir de las 11:00 a.m., los venezolanos que simpatizan con Capriles —quien ha desconocido el resultado de las elecciones— se manifestarán en Union Square, en San Francisco.
En el sitio oficial del consulado de Venezuela, la mañana del martes 16 se difundía una nota periodística, atribuida a Radio Mundial, propiedad del gobierno y avalada por la embajada del país ante los Estados Unidos. El titular decía, en inglés: “Nicolás Maduro electo presidente de Venezuela hasta 2019”. En el primer párrafo refería que Maduro obtuvo 7,505,338 votos, mientras que Capriles, 7,720,103. Así que, de acuerdo a esta información, con 214,765 votos menos que su contrincante, el candidato oficial había ganado la elección.