Garcetti quiere nombrar a Los Ángeles “Ciudad Santuario”

El éxito de la ciudad está ligado al de los inmigrantes, dice el alcalde electo

Eric Garcetti, alcalde electo de Los Ángeles, durante su campaña en la marcha pro inmigrante del pasado 1 de mayo.

Eric Garcetti, alcalde electo de Los Ángeles, durante su campaña en la marcha pro inmigrante del pasado 1 de mayo. Crédito: Notimex

El conteo regresivo que hace un mes concluía en el día de la elección, ahora tiene marcada la fecha de la ceremonia de posesión de la Alcaldía de Los Ángeles, el 1 de julio. Sin embargo, Eric Garcetti afirma que no está esperando a que llegue ese día para abogar por los indocumentados en esta ciudad.

“Estoy trabajando ahora”, subraya el alcalde electo citando la conversación sobre la reforma migratoria que sostuvo con el Presidente Barack Obama en su última visita a Los Ángeles. Ocurrió a bordo de la limosina del mandatario. “Estuvimos juntos en el trayecto entre el aeropuerto y su evento [de recaudación de fondos para el Partido Demócrata] y este fue el tópico”, comenta.

Nieto de un mexicano que pasó treinta años sin papeles, Garcetti no duda en decir que Los Ángeles debe ser nombrada una “Ciudad Santuario”, que defiende a los miles que carecen de un estatus migratorio. “Espero que sí, esta es una ciudad de inmigrantes […] Nuestro éxito está ligado al de los migrantes […] Los Ángeles se beneficiaría más que otras ciudades del país con estos cambios”, expone.

Garcetti insiste que su papel como aliado de esa comunidad no se quedó en el Cabildo, desde el cual impulsó el reconocimiento oficial de las matrículas consulares de México y la creación de la Oficina de Asuntos de Inmigrantes, en proceso de conformación y de integración a su gobierno.

“En julio quiero traer esas voces, no sólo de ciudades como Chicago y Nueva York, sino de estados, condados y ciudades rojos [republicanos]. Esas voces influyen más en este debate”, señala.

Garcetti tomará posesión el 1 de julio

En unos días, Garcetti recibirá de Antonio Villaraigosa, el primer alcalde latino de Los Ángeles en un siglo, el mando de una metrópoli que ha dejado de confiscar los autos de los conductores sin licencia y cuya Policía cambió su colaboración con la Oficina de Migración (ICE). Esa línea continuará en su mandato, precisa, tratando de extender en 2015 el contrato del jefe del LAPD, Charles Beck.

Sus planes anticipan que — al menos en el inicio de su administración— no vienen grandes sorpresas: seguirá al pie de la letra lo hecho por Villaraigosa para combatir las pandillas, reducir el crimen y elevar la confianza a la Policía; continuará con las 22 escuelas que tiene la Alcaldía desde 2008; e intentará restablecer los servicios básicos y traer fondos federales para acelerar proyectos de transporte.

Su sello particular — dice— será estar cerca de la gente, una estrategia que ya aplica con reuniones comunitarias alrededor del municipio. Es algo que, asegura, le funcionó como edil de Hollywood.

Otro proyecto que refleja su estilo personal es modernizar la atención a los constituyentes y usar la tecnología para analizar el progreso de programas como el de reducción de pandillas (GRYD), que hará con un sistema científico creado por expertos de la Universidad del Sur de California (USC).

¿En qué condiciones recibe la ciudad de Los Ángeles?, se le pregunta.

“La ciudad es fuerte, pero ha pasado por tiempos muy difíciles. La economía es débil, pero es una ciudad fuerte en la seguridad pública […] Mi misión es motivar a los residentes para que participen en este trabajo, porque un alcalde no puede cambiar una ciudad, pero sí pueden cuatro millones de personas”.

Antes que Garcetti se convierta en el alcalde más joven (tiene 42 años) y el segundo de descendencia mexicana en la historia moderna de la ciudad, ya le preguntan qué escaño político buscará después, si la gubernatura o la Presidencia. “Teniendo éxito en la ciudad todo es posible”, dice.

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