Alcaldes fronterizos en desacuerdo con legisladores sobre seguridad
Varios alcaldes de ciudades fronterizas acusan a legisladores de no conocer el tema de la seguridad en sus territorios
Hace tres meses, cuatro senadores del “grupo de los ocho” que redactaron el proyecto de ley de reforma migratoria, visitaron la frontera de Arizona cerca de Nogales. El alcalde de esa ciudad, Arturo Garino, no supo de la visita hasta que el avión que llevaba a los senadores despegó de regreso a Washington.
“No hablaron conmigo ni con nadie más. Llegaron en helicóptero, aterrizaron, hicieron su foto y luego se fueron”, dijo Garino. “Honestamente, me gustaría que más de las personas que están trabajando tan duro en esto de la reforma migratoria y hablando de seguridad fronteriza vinieran a hablar con nosotros”, afirmó.
En lo que se refiere a las realidades de la frontera, los alcaldes de ciudades estadounidenses más cercanas a la línea divisoria saben perfectamente lo que se ha hecho y lo que no se ha hecho en relación con la seguridad fronteriza y si las consecuencias han sido buenas, regulares o malas. Muchos de ellos se preguntan qué quieren decir los legisladores que argumentan que lo que hace falta es más y más seguridad fronteriza.
“Yo no creo que la mayoría de la gente en Washington sabe lo que es estar aquí”, dijo Tony Martinez, alcalde de Brownsville, Texas. “La realidad es que las cosas han cambiado mucho y que toda la tecnología, las cámaras, los sistemas aéreos y el personal que tenemos, definitivamente han sido exitosos en controlar la frontera. El proyecto ante el Senado tiene aún más recursos para esto y me parece que el esfuerzo bipartidario es elogiable”.
Un tema ignorado en la discusión, según los alcaldes, es la economía fronteriza y cómo esta contribuye a la del resto del país.
“Aquí en Arizona muchos queremos la reforma migratoria y sabemos qué tan importante es para la economía local”, dijo a su vez el alcalde de Phoenix, Greg Stanton. “México ya es la décimotercera economía del mundo y sigue creciendo. Son nuestro principal socio comercial. La población de mi ciudad pronto será de mayoría latina, joven y bilingüe. Nuestras relaciones con el país vecino son cruciales para nosotros”.
En la conversación que se lleva a cabo en Washington, apuntan los alcaldes, constantemente se cita la tasa de criminalidad de la frontera y la “zona de guerra”. Sin embargo, hoy en día hay menos delitos en la frontera que hace 10 años. Cifras del New Policy Institute sobre la delincuencia en las 11 ciudades más grandes de la frontera sur revelan un descenso de 19,326 delitos o incidentes violentos en 2004 a 14,579 en 2011.
“San Diego (Ca) y El Paso (Tx) tienen una tercera parte de la tasa de delincuencia de hace diez años. Los cruces ilegales son una cuarta parte, se han invertido tremendas cantidades de dinero en la seguridad fronteriza”, indicó Simon Rosenberg, de NDM, una organización demócrata que ha promovido iniciativas de cooperación fronteriza.
“La frontera sur es un lugar muy diferente al que era hace algunos años, y eso con lo que está pasando en México. Pero mientras en (Ciudad) Juárez la situación empeora, en, El Paso ha bajado la delincuencia”, explicó.
Los efectos, sin embargo, no han sido del todo positivos. El alcalde Guarino indica que los tiempos de espera en los puntos de entrada han empeorado en años recientes.
“Nogales, Sonora es nuestra ciudad hermana, por lo que cruzo constantemente y a veces son 10 minutos y a veces 45. Creo que se necesita más tecnología, más entrenamiento. Se trata de 7.3 millones de dólares al día que gastan los mexicanos en Arizona”, dijo.
David Shirk, director ejecutivo del Trans Border Institute de la Universidad de San Diego, dijo que los años pasados han demostrado que la seguridad, por sí misma, no es la solución al tema de los cruces ilegales.
En Tijuana, explicó Shirk, se pierden 6 mil millones de dólares en comercio, debido a los tiempos de espera para cruzar de México a Estados Unidos. “Si se multiplica esto por toda la frontera, la cantidad es tremenda”, agregó.