Activistas en Houston desenmascaran aspectos negativos de la reforma migratoria

Activistas y organizaciones cívicas batallan para ajustarse a los cambios que se han planteado en el Congreso

Activistas dicen que quieren desenmascarar la reforma migratoria, que según ellos, podría perjudicar a millones de inmigrantes.

Activistas dicen que quieren desenmascarar la reforma migratoria, que según ellos, podría perjudicar a millones de inmigrantes. Crédito: Gustavo Rangel / RUMBO

Continumente, la inciativa de reforma migratoria cambia en el Congreso. “Le meten mano” los demócratas y los republicanos, ambos buscando darle una forma que favorezca sus respectivos intereses. Mientras que los demócratas luchan por un camino a la ciudadanía para los millones de inmigrantes indocumentados, los republicanos quieren reforzar la seguridad en la frontera con México y, ante este duelo de poderes, millones de inmigrantes esperanzados con legalizarse esperan que pronto se llegue a un acuerdo que alivie la incertidumbre con la que viven a diario en este país.

Activistas y organizaciones cívicas de Houston temen que la reforma migratoria “se tambalea” y que en algunos aspectos se está convirtiendo en una reforma “dura que no va a favorecer a muchos inmigrantes indocumentados”. Pero otros se aferran a que una reforma justa aún es posible de lograr si la comunidad presiona y se involucra en el proceso.

En un pequeño cuarto de un edificio antiguo en el barrio del East End miembros de las organizaciones cívicas Houston Unido y Alianza Mexicana se reúnen para dialogar sobre las estrategias que deben implementarse para involucrar a la comunidad “en la lucha” y los testimonios que se comparten no son los más alentadores.

“Nuestra comunidad está dormida ante todos estos cambios que se le están haciendo a la reforma migratoria, cambios que no nos favorecen y que siguen criminalizando a los inmigrantes en este país”, dijo Martina Grifaldo, directora de Alianza Mexicana, durante la reunión que contó con la presencia de 10 activistas.

“Necesitamos desenmascarar esta reforma migratoria y presentársela a la comunidad por lo que verdaderamente es: una reforma injusta que lo que busca ante todo es militarizar la frontera y que no ofrece un camino justo a la ciudadanía”, agregó Grifaldo.

Entre las preocupaciones de los activistas se encuentra la percepción que existe en la comunidad sobre la reforma y los temas que discuten los congresistas en Washington DC.

“Hay mucha gente que ya se durmió en los laureles a la espera de que la reforma termine siendo una amnistía cuando la realidad es que como está actualmente la reforma millones de personas no van a calificar para la posibilidad de conseguir una residencia permanente, mucho menos un camino a la ciudadanía”, dijo María Jiménez de Houston Unido.

Un cálculo basado en las propuestas presentadas en la reforma indica que hasta 5.8 millones de personas podrían quedar excluidas debido a los diferentes requisitos que se deben de cumplir y que incluyen no haber cometido crímenes menores, la exigencia de dominar el idioma inglés, tener ingresos superiores a los que da un salario mínimo, haber estado por lo menos cinco años en el país y el pago de multas que alcanzan los $2,500 por persona.

El tema de la seguridad fronteriza sigue siendo el factor que podría destruir por completo el proyecto de la reforma migratoria y para activistas y organizaciones cívicas ha sido un gran reto venderle a la comunidad la importancia que tiene este debate en la aprobación de una reforma migratoria integral.

“La reforma migratoria, como está por ahora, va a perjudicar más a los inmigrantes porque la comunidad no comprende que todos los requisitos de ley propuestos son muy duros no solamente en la frontera, sino que también en los requisitos para poder arreglar”, explicó Jiménez.

La propuesta de reforzar la seguridad fronteriza y condicionar la residencia permanente de millones de inmigrantes indocumentados ha sido el tema más complicado de negociar. La construcción adicional de 1,120 kilómetros de muro fronterizo y la contratación adicional de 20,000 agentes para la patrulla fronteriza preocupa a activistas y organizaciones por el temor de que haya más muertes en la frontera y se incrementen de las violaciones a los derechos civiles de inmigrantes.

En las oficinas de CRECEN fue notable la urgencia de las personas que son elegibles para el TPS días antes de que se cumpliera el plazo para solicitar el permiso (el 29 de julio). En parte, según, el presidente de CRECEN en Houston, Teodoro Aguiluz, la respuesta se debió a que las personas no están confiadas de que una reforma migratoria sea aprobada.

“Cuando estaba a punto de ser aprobado el proyecto de la reforma migratoria en el Senado hubo un triunfalismo exagerado que llegó al punto de que la gente pensara que esto ya era un hecho. Personas que calificaban para el TPS decidieron esperar una reforma migratoria que hasta el momento solamente ha sido una promesa que no existe”, comentó Aguiluz.

“A estas alturas es mejor que no se apruebe la reforma migratoria porque se han hecho muchos acuerdos que siguen cediendo y negociando la dignidad de la comunidad inmigrante. Las organizaciones que en algún momento hemos criticado esta reforma no se nos ha visto con buenos ojos, pero no podemos aceptar que se esté dando todo a cambio de nada”, agregó el director de CRECEN.

La constante transformación de la iniciativa de reforma obligó que se cambiaran las estrategias de los grupos pro reforma para convencer a la comunidad de involucrarse en la lucha porque consideran que se está más cerca que nunca de lograr los objetivos de legalizar a millones de indocumentados, unificar familias que han sido separadas por deportaciones y crear un camino justo a la ciudadanía.

Según Carlos Duarte, de Mi Familia Vota, una de las estrategias que está funcionando a favor de los que quieren una reforma integral es presionar a los representantes en Washington DC. con llamadas de votantes registrados que apoyan la aprobación de una ‘reforma justa’.

“Con los votantes latinos estamos buscando presionar a los representantes para que apoyen el camino a la ciudadanía y afortunadamente hemos recibido una buena respuesta de votantes que apoyan nuestra causa”, dijo Duarte.

Con foros de ciudadanía y registrando votantes Mi Familia Vota y otras organizaciones consideran que están logrando llegar a personas que pueden influir con su voto en este proceso de la reforma migratoria de una forma más directa. Además han lanzado una agresiva campaña publicitaria millonaria en televisión, radio e internet que busca influenciar a la población y a representantes en el Congreso.

“La comunidad no debe desalentarse, nosotros seguimos esperanzados de que una reforma migratoria que beneficie a todos y de calidad aún es posible de conseguir porque el proyecto final aún no ha sido presentado y es por eso que no podemos dejar de luchar por lo que queremos”, comentó Duarte.

Los retos que actualmente enfrenta la reforma en la Cámara de Representantes se han convertido en grandes preocupaciones. Existe mucha incertidumbre de lo que finalmente sería presentado en septiembre cuando se anticipa que la Cámara Baja presentará su versión de la reforma migratoria.

Recientemente los republicanos apoyaron un proyecto de ley para dar acceso a la ciudadanía a los Dreamers pero no a sus padres que ingresaron ilegalmente al país y son este tipo de cambios los que confirman lo lejos que se está de llegar a un acuerdo común.

“Estamos muy preocupados por el camino que está llevando la reforma y la retórica en el Congreso cada vez más se está convirtiendo en una que criminaliza a los inmigrantes y que contribuye a que se le mire a nuestra gente como criminales y no como personas merecen la ciudadanía”, dijo César Espinoza, director de la organización FIEL, que asesora a familias de Dreamers en Houston.

La directora del sindicato de trabajadores SEIU Local 1 en Houston, Elsa Caballero, admitió que existe una gran preocupación por los constantes cambios y que complican la posibilidad de que se les ofrezca a los 11 millones de indocumentados la posibilidad de conseguir una residencia y eventualmente la ciudadanía, pero afirmó que no es tiempo de abandonar la lucha.

“Cuando comenzó esta lucha sabíamos que no se nos iba a dar todo lo que estábamos pidiendo por eso es tiempo de negociar y creo que en ambos lados del tema se está trabajando para llegar a un acuerdo”, explicó Caballero.

“Sabemos que no todos los indocumentados se van a poder beneficiar con esta reforma migratoria pero necesitamos buscar que sí lo haga la mayor cantidad posible y que los que sí califiquen tengan un camino a la ciudadanía. Ya después lucharemos por los demás. La gente debe entender que la lucha va a seguir después de que sea aprobada una reforma”, agregó la directora del SEIU Local 1.

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