Obama toma un ‘respiro veraniego’
Tras sus vacaciones deberá enfrentar una intensa temporada política
WASHINGTON, D.C. El presidente de EEUU, Barack Obama, inició oficialmente sus vacaciones veraniegas en la isla de Martha’s Vineyard, donde descansará antes de la agitada temporada política que le espera, después de haber anunciado reformas para hacer más transparentes los polémicos programas de espionaje y con la crisis diplomática con Rusia de fondo.
“El presidente desea tomarse un respiro con su familia y ver a algunos amigos”, afirmó ayer Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, durante el viaje a Orlando, Florida, de Obama para participar en la convención anual de veteranos de guerra discapacitados.
Durante su intervención, Obama reiteró su compromiso para aliviar los “retrasos” a los que se enfrentan numerosos veteranos para recibir sus beneficios por incapacidad.
Tras el acto, el último de su agenda oficial, Obama y su esposa Michelle subieron al avión presidencial Air Force One para trasladarse a Cape Cod, en la costa de Massachusetts, desde donde se desplazarán en helicóptero a la exclusiva isla de Martha’s Vineyard, en la que el presidente descansará junto con sus dos hijas, Sasha y Malia, y el perro familiar, Bo, hasta el 18 de agosto.
Martha’s Vineyard ha sido el habitual lugar de vacaciones de la familia Obama desde que llegase a la presidencia, y solo el pasado año no visitó la isla debido a las difíciles negociaciones sobre elevación del techo de la deuda con el Congreso de EEUU.En esta ocasión, los congresistas disfrutan del receso de estival y no volverán a Washington hasta comienzos de septiembre.
La aprobación de la labor del presidente Barack Obama se ha visto afectada por los últimos escándalos sobre el programa de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) revelados por el extécnico de la CIA Edward Snowden.
El viernes, en su primera rueda de prensa en tres meses, Obama anunció medidas para potenciar la transparencia de estos programas de vigilancia de las comunicaciones. Tras el descanso, a Obama le espera lo que se presume una agitada por la aprobación de la reforma migratoria que ha calificado como uno de los principales ejes de su agenda durante su segundo mandato, y para la que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes ya ha anunciado su intención dificultarla.
También tendrá tiempo para reflexionar acerca de la nominación del posible sustituto de Ben Bernanke al frente de la Reserva Federal de EEUU, una de las decisiones que calificó de las “más importantes” que deberá tomar como presidente y que adelantó que comunicará en otoño próximo.
Tan tradicional como su retiro estival son las críticas por parte de la oposición republicano, que han echado en cara que Obama escoja como lugar vacacional la exclusiva isla de Martha’s Vineyard, frente a las costas de Massachusetts, en un momento en que la recuperación económica tras la crisis es aún tibia.
Carney, el portavoz presidencial, salió rápidamente al paso de estas críticas republicanas e instó a los republicanos a “revisar lo que decían seis años atrás”, cuando ocupaba la Casa Blanca el presidente George W. Bush.
En el mismo punto de su segundo mandato, Bush había disfrutado de 367 días de vacaciones, mientras que Obama ha pasado de vacaciones 92 días, según el corresponsal de la CBS Mark Knoller.
A su regreso Obama tiene previsto ofrecer un discurso el próximo 28 de agosto en el mismo lugar en el que Martin Luther King pronunció su célebre frase “I have a dream” (Tengo un sueño) hace 50 años.
Posteriormente, el mandatario viajará a comienzos de septiembre a Rusia para participar en la cumbre del G20, en un momento en que las relaciones con Moscú no pasan por la mejor etapa después de que el gobierno ruso concediera el asilo temporal a Snowden.
Obama, en un gesto poco habitual, decidió esta semana cancelar su prevista reunión bilateral con el presidente Vladimir Putin durante la cumbre ante la falta de progresos en las relaciones entre Moscú Y Washington y Moscú.