Motín chileno produce fuego
Reos considerados peligrosos lanzaron papeles encendidos a entretecho de celdas
Bomberos intentaban apagar un incendio que dejó una decena de reclusos heridos, ayer, en la cárcel de Quillota, Chile. Crédito: EFE
EDITORES: Esta nota no se puede usar en Chile. Actualiza con informe judicial que advertía de condiciones deplorables del penal
SANTIAGO, Chile (AP). Un motín carcelario dejó 24 heridos leves el martes luego que un grupo de reos considerados peligrosos lanzó papeles encendidos al entretecho de unas celdas, informó ayer la policía de prisiones.
Antes del incendio se desarrolló una riña entre internos, muchos de los cuales viven “en deplorables condiciones”, según un informe realizado por un grupo de jueces que visitó este y otros penales chilenos, enviado por la oficina de prensa del Poder Judicial a la prensa.
La cárcel afectada se ubica en la localidad agrícola de Quillota, 127 kilómetros al noroeste de Santiago, que resultó con cinco de sus ocho módulos dañados. En el penal había un sobrepoblación del 54%, según la indagación de la comisión de jueces.
La situación dentro del penal al parecer era un virtual polvorín, pues a las malas condiciones higiénicas y a las deplorables condiciones ambientales se sumaban una deficiente alimentación para la población penal, según concluyeron los jueces.
El informe señala que las cantidades de alimentos eran insuficientes, “pareciendo no cumplirse con el gramaje indicado por el nutricionista”. Además, había mayores restricciones que en otros penales para que los familiares ingresaran alimentos a sus parientes.
El director de Gendarmería o policía de prisiones de Valparaíso, coronel Juan Carlos Manríquez, destacó que sus hombres aprendieron de los errores cometidos en diciembre de 2010, cuando otro incendio arrasó con una torre completa de una cárcel de Santiago, donde 81 reos murieron, la mayoría quemados vivos, por el tardío actuar de los guardias.
Luego de controlado el incendio, una cincuentena de reos proseguían amotinados, hasta que fueron reducidos. El penal tiene una población de 550 personas, cuya higiene en baños y patios “es deplorable”, según el informe judicial.
Los jueces advertían además que el penal está en el centro de la ciudad, “y colinda con poblaciones civiles, lo que resulta de gran riesgo tanto para las poblaciones aledañas como para los propios gendarmes”.
