Puig formó el rumbón

Novato da triunfo a los Dodgers en gran fiesta cubana

Yasiel Puig (66) es felicitado por el coach Mark McGwire por su jonrón, mientras lo observa el mánager Don Mattingly en el duhout.

Yasiel Puig (66) es felicitado por el coach Mark McGwire por su jonrón, mientras lo observa el mánager Don Mattingly en el duhout. Crédito: AP

Llegó septiembre, el último mes de la temporada regular, y el hábito de ganar de los Dodgers se mantiene intacto y tiende a no desaparecer.

Yasiel Puig ratificó el porqué de la agresiva campaña publicidad a su alrededor.

Ayer, en la jornada dedicada a la comunidad cubana en Los Ángeles, el sensacional novato caribeño descargó cuadrangular que estableció la diferencia en el triunfo de los Dodgers, 2-1 ante los Padres de San Diego.

Con la pizarra 1-1, Puig silenció algunos abucheos que se escucharon en el transcurso del partido y al primer lanzamiento del relevista y perdedor Dale Thayer (2-5) depositó la bola al otro lado de la cerca del bosque izquierdo. Fue 14º. Jonrón de la temporada.

“Estoy muy contento porque saqué ese batazo en un dia muy especial”, dijo Puig, que ocupa el tercer lugar entre los jonroneros de los Dodgers pese a participar en apenas 79 partidos.

“Todos los días salgo a dar el 100%. Hoy [ayer] todo salió bien y me siento orgulloso porque fue en el homenaje a mi país. Paco [Rodríguez] también ayudó con un par de outs grandes”, agregó.

La cuarta victoria consecutiva permite a los angelinos barrer con la serie de tres ante sus otroras verdugos de la frontera sur. Zack Greinke (14-3), que cerró el mes de agosto con récord intacto de 5-0 y 1.23 de efectividad, se apuntó la victoria.

El taponero Kenley Jansen sacó los tres del noveno acreditándose su rescate número 24.

El cubanoamericano Paco Rodríguez también se unió a Puig en la fiesta cubana con un relevo extraordinario.

El relevista zurdo ponchó a Will Venable e hizo fallar con rola a sus manos a Chris Denorfia con un corredor en tercera base en el octavo inning.

En las ceremonias previas al juego dedicado a la comunidad cubana en Los Angeles, el actor Andy García lanzó la primera bola, se la recibió Puig y el famoso trompetista cubano, Arturo Sandoval, interpretó las notas del himno nacional.

El eco de la magistral ejecución de Sandoval ya había abandonado el parque de las Lomas de Chávez Ravine, cuando los Padres anotaron la quiniela en el tercer episodio amparado en base por bolas a Reymond Fuentes, toque de sacrificio del pitcher Tyson Ross, más sencillo productor de Alexi Amarista.

Ese sorpresivo asalto a Greinke fue borrado de su memoria gracias a doble de Carl Crawford y línea de hit al izquierdo de Mark Ellis que nivelaron la pizarra a 1-1 en la parte baja del tercero.

No está demás apuntar que los Dodgers se han ponchado 21 veces en los últimos dos partidos (8 el sábado y ayer 13) y han anotado cuatro carreras en ese lapso. Es su hermético pitcheo y el efectivo bullpen el que ha sido clave en esta racha extraordinaria de la novena azul.

“Kenley [Jansen] y Paco estuvieron fuera de serie. Los ponches son parte del juego y que hay crédito al lanzador contrario. Lo importante es ganar y mantener esa actitud triunfadora”, señaló Mattingly.

Después del juego, los Dodgers salieron rumbo hacia Denver, Colorado, donde a partir de mañana se medirán tres veces a los Rockies, iniciando la que será su penúltima gira de esta moribunda temporada.

Para el primer partido, Mattingly anunció como abridor a su número uno, el zurdo Clayton Kershaw (13-8 y 1.72 de efectividad), que tiene marca de 8-5 y 3.56 en 21 aperturas contra la novena de Colorado.

Concluida la serie en el Coors Field, los angelinos parten hacia Cincinnati para otra contienda compuesta de tres encuentros frente a los Rojos.

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