Papa Francisco aumenta viajes de californianos al Vaticano
El carisma del Sumo Pontífice, el hecho de ser latino y las muestras de sencillez de éste, han despertado en los feligreses el interés por visitar el Vaticano por primera vez o regresar
Grace Serrano cuenta los días que le restan para estar frente al Papa Francisco, el tercer líder de la Iglesia Católica que conocerá en dos décadas de viajes al Vaticano. Pero el Papa argentino, dice, tiene un toque especial que está llevando a Roma a muchos latinos del Sur de California.
“Las personas están muy interesadas en el nuevo Papa, quieren verlo, piden que se organicen viajes. Ven a un Papa tan humilde, que se asemeja mucho a Cristo”, comenta Serrano, vecina de Sun Valley y quien dirigirá en noviembre una “peregrinación” que incluye una audiencia papal.
Desde su elección al papado en marzo, tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, Jorge Mario Bergoglio atrajo la atención del mundo no sólo por su nacionalidad argentina (es el primer americano en el cargo), sino por los detalles de sencillez no vistos en sus predecesores inmediatos.
De hecho, él tomó su nombre de Francisco de Asís, el santo italiano que se caracterizó por su humildad extrema.
Su origen, carisma y desapego a lo material están despertando el interés de católicos, incluso de aquellos no tan cercanos a la iglesia, según agencias de Los Ángeles que organizan traslados al Vaticano y Tierra Santa. No los ha detenido el conflicto en Siria, ni las 30 horas de vuelo redondo, ni el costo del paquete de viaje, que puede alcanzar los 4 mil dólares si abarca varios destinos.
“Se ha pensado hacer más viajes porque la gente no cabe”, señala Alex Casillas, dueño de Costa Azul Travel y quien planea dirigir al menos un recorrido a Roma en 2014. “Sé que lo voy a llenar muy fácil”.
Originario de Jalisco, Casillas midió la popularidad del Papa Francisco en la convocatoria a la Jornada Internacional de la Juventud, que se realizó en Río de Janeiro en julio. Apenas se supo del estilo de vida de Bergoglio, indicó, muchos jóvenes quisieron verle en Brasil.
“La gente está viendo algo más fuerte con el Papa Francisco. Juan Pablo II nos dejó un legado, pero este Papa no está en un nivel alto, es un Papa de la gente, por eso quieren estar con él”, explica.
Aunque no todos tienen la oportunidad de estrechar o besar la mano del nuevo representante de Dios en la Tierra, según la religión católica. Se deben hacer gestiones desde aquí, pasar más filtros de seguridad, tener que llevar a un sacerdote entre los viajeros y pagar una cuota más alta. A menos que Francisco –como ya lo ha hecho- baje del papamóvil a saludar feligreses, besar niños y tocar enfermos.
Recién llegada de Tierra Santa, donde pasó 10 días, Julia Calvillo, vecina de Pico Rivera, ya piensa integrarse a una peregrinación rumbo a Italia para estar cerca de Francisco I. “Aunque es argentino lo sentimos como de nosotros”, expresa quien nació en Colima, México, hace 60 años.
“Nos atrae su carisma, su acercamiento y que es como nosotros, americano, de habla hispana”, dice.
La agencia de viajes Satellite Travel, con sede en La Puente, también ha tenido que ampliar su oferta por el creciente interés por visitar el Vaticano. Su propietaria, Socorro González, ha vuelto a ver la bonanza en los traslados a Italia que no registraba desde la muerte de Juan Pablo II.
El Papa Benedicto XVI, subraya, tuvo más aceptación cuando viajó a México, en 2012, pero aún así tuvo baja popularidad.
“Ahora con Francisco se vuelve a sentir el entusiasmo, no como Juan Pablo II, pero éste es un Papa que también tiene mucho carisma”, menciona González, quien organiza viajes a Roma desde hace 20 años.
Ella duda que este dirigente de los católicos lleve tantos fieles al Vaticano como su predecesor.
“No vislumbro que lo alcance Francisco, aún siendo un Papa muy querido para mí Juan Pablo II siempre fue un iluminado”, expresó la dueña de Satellite Travel, que cada año traslada de dos a tres grupos de entre 40 y 50 personas a Italia y otros países. Por el momento, Egipto ha dejado de ser una escala.
Su empresa recién llevó a Israel y otros lugares a un grupo de 55 residentes de Los Ángeles, Glendale y Burbank. Todos eran latinos. Apenas a su regreso, muchos le pidieron incluirlos en la siguiente ida al Vaticano. “Me dijeron que quieren recibir la bendición del Papa”, comentó.