Hispanos piden control de armas
Preparan en Arizona lucha por rastreo a dueños de los artefactos
WASHINGTON, D.C. Desde que perdió a su hijo Guillermo en un tiroteo, José Guzmán, fundador de la organización “Padres y Parientes de Hijos Asesinados”, ha abogado por un control más estricto de las armas en Estados Unidos.
Y, ahora, tras el último tiroteo masivo en Estados Unidos, esta vez en la comandancia de Sistemas Navales de la Marina, el grupo que dirige Guzmán, con sede en Phoenix, Arizona, se prepara para una protesta en busca de medidas más rigurosas para rastrear a los dueños de armas.
“Necesitamos un control más estricto. Cuando una persona compra un arma, después de cada 3 ó 6 meses debería tener un (examen de) control mental. En muchos casos están bien cuando las compran y luego tienen problemas”, explicó Guzmán, en cuyo grupo participan unas 90 personas, todas ellas hispanas, que han sido afectadas por la violencia con las armas de fuego.
“Cuando una persona vende un arma debería reportar a quién. Queremos un castigo más severo para los que las venden sin medir las consecuencias. Aquí por ejemplo, en Arizona, es muy fácil obtenerlas”, aseguró Guzmán.
Para los hispanos, la inmigración, creación de empleo y educación encabezan sus listas de prioridades, según las encuestas. Pero cuando se profundiza en este tema, su postura se inclina a mayores protecciones para las posibles víctimas.
Una encuesta realizada este año por la firma Latino Decisions mostró que un 84% de los latinos apoyan un chequeo de antecedentes antes de comprar un arma. Un 54% de ellos también respaldó la prohibición a ventas de armas semiautomáticas y sólo un 39% favoreció la idea de que educadores pudieran tener armas en las escuelas.
Otro informe realizado este año por la firma encuestadora Gallup mostró que sólo un 18% de los hispanos son propietarios de un arma, comparado con un 33% en la población blanca.
A principios de 2013, el Congreso intentó hacer un cambio, pero fue imposible, incluso luego de la masacre de Newtown, Connecticut, donde murieron 20 niños y seis adultos.
En esa oportunidad el Senado se quedó corto para alcanzar los 60 votos necesarios para avanzar la propuesta para reforzar el control de armas, que incluía mayores chequeos de antecedentes, entre otras medidas.
La líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, insistió en que el Congreso debe poner este tema como una de sus prioridades.
“No tenemos derecho a guardar un minuto de silencio a menos que gastemos nuestro tiempo tratando de alcanzar una legislación que reduzca la violencia con armas”, dijo.
El domingo, el Presidente Barack Omaba hizo un emotivo llamado en frente de familiares y víctimas del tiroteo en Washington, D.C., pero ahí también reconoció que aunque es necesario un cambio, “la fuerza para concretarlo no vendrá de Washington”.
“La cuestión no es si a los estadounidenses les interesan estos momentos de tragedia. Claramente sí. Nuestros corazones están rotos de nuevo. La cuestión es si nos importa lo suficiente”, dijo el mandatario.
Por su parte, Wayne LaPierre, presidente de la Organización Nacional del Rifle (NRA), culpó la falta de seguridad en la comandancia de Sistemas Navales de la Marina por la tragedia.