Familia pide al LAPD investigar a fondo caso de asesinato
La familia de Frank Herrera, un hombre que fue asesinado por su hijastro, cree que puede haber más implicados en su muerte
En el hogar de la familia Herrera, originaria de Nicaragua, no sólo hay lágrimas por el asesinato del hermano mayor, Frank, el pasado 11 de septiembre, sino también lamentos por una investigación que realizan detectives de la Policía de Los Ángeles (LAPD) que les parece insuficiente.
Tras las rejas está el sospechoso de estrangular y matar a Herrera y dejar el cadáver dentro de un auto cerca de la esquina de la calle 47 y la avenida Central en el Sur de Los Ángeles: Su hijastro, Janzen Jackson, un jugador de futbol americano perseguido por los escándalos.
A Jackson, de 22 años y parte de la defensiva del equipo canadiense Toronto Argonauts desde el 21 de febrero (antes, por unos meses, entrenó con el conjunto New York Giants sin lograr el fichaje), le han fijado una fianza de un millón de dólares.
Pero los Herrera, quienes residen en la ciudad de Fontana, creen que Jackson no actuó solo. Dudan que alguien sin ayuda haya podido ahorcar sin complicaciones a un hombre de 43 años, de casi seis pies de altura y 180 libras de peso. Ellos temen que al menos un cómplice siga libre.
También les inquieta que nadie reportara la desaparición de Frank en ocho días. El miércoles 11 de septiembre él habría sido asesinado en la ciudad de Santa Mónica, el LAPD encontró el cadáver en el barrio angelino Central-Alameda la noche del sábado 14 y los Herrera —por medio de una red social— supieron del homicidio hasta el miércoles 18.
Frank compartía una vivienda en Santa Mónica con Tezra Jackson, madre del acusado, quien se mudó con ellos desde hacía un tiempo. Por unos cinco años, él y Tezra fueron pareja sentimental.
“Queremos que investiguen a cada persona”, pide Rosie Herrera, hermana de la víctima y quien no está satisfecha con el avance de la investigación de la División Newton del LAPD. “Yo lo que temo es que este muchacho tenga influencias y lo quiera hacer bajo el agua, que nadie se entere”, comentó.
Su madre, Francisca Melgar, de 59 años, llora sin consuelo porque cree que la justicia no está de su lado. “El mismo detective dijo que había más personas en esto y ahora hasta ahí quiere llegar”, expresó.
El LAPD no quiso comentar sobre este caso.
“A mi hermano no le gustaba pelear, no era problemático, no discutía con la familia, siempre que llegaba él se armaba una alegría”, menciona Rosie.
Los intentos de La Opinión por localizar a Tezra Jackson y al abogado de Janzen fueron infructuosos. Un vocero del equipo Toronto Argonauts, en cuya página de internet no aparece el nombre del acusado, no respondió las llamadas, ni los correos electrónicos enviados por este diario pidiendo un comentario.
La carrera de Janzen ha estado opacada por su mala conducta y el abuso de sustancias.
Tomará hasta seis semanas saber qué provocó el fallecimiento de Herrera, indicó la Oficina del Forense del condado de Los Ángeles. “La causa de muerte está pendiente”, dijo su vocero Ed Winter.
Ayer por la mañana, una nueva angustia entró al hogar de los Herrera: la funeraria les dijo que debido al estado de putrefacción del cadáver de Frank no era recomendable velarlo ni siquiera con ataúd sellado (la empresa, Forest Lawn, dio una versión distinta: que “otro” familiar pidió que sólo hubiese entierro). El sepelio se ha programado para el próximo miércoles.
“¿Cómo vamos a irlo a meter a un hoyo y no tener ese momento para despedirse de él?”, preguntó Rosie con lágrimas.
Ahogada en llanto, su madre contó que hace unos días Frank compartió con alguien su idea de ver junta a toda su familia. “Sin saber que con su muerte nos íbamos a reunir”, señaló ella.