Obama vetará propuesta de retrasar reforma de salud
La Casa Blanca acusa a los republicanos de buscar el cierre del Gobierno y amenaza con vetar una propuesta republicana de retrasar partes de la reforma de salud por un año
WASHINGTON (AP) — Trenzados en una batalla cada vez más caldeada con el presidente Barack Obama, los representantes republicanos exigieron el sábado retrasar un año partes de la ley de reforma de los servicios médicos promovida por Obama, y eliminar completamente un impuesto a los dispositivos médicos, a cambio de evitar una paralización parcial de las operaciones del gobierno, que comenzaría el martes.
La Casa Blanca amenazó de inmediato con un veto, incluso antes que la Cámara comience a debatir la medida. “Cualquier miembro del Partido Republicano que vote por este proyecto de ley está aprobando un cese de las operaciones del gobierno”, dijo el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, en una declaración.
Los republicanos rechazaron un proyecto de ley aprobado el viernes en el Senado que permitiría que el gobierno opere 45 días más, sin que la ley de salud sufra cambios. En lugar de ello, los representantes republicanos se preparaban para aprobar su propia versión el sábado y devolverle el asunto al Senado, que no volverá a sesionar sino hasta el lunes por la tarde, diez horas antes de que venza el plazo para la suspensión de las operaciones del gobierno.
A medida que pasaban las horas el sábado, incluso algunos republicanos dijeron en privado que temían que el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, demócrata por Nevada, tenga la ventaja en cómo terminará el enfrentamiento.
De ser así, la base del Partido Republicano en la Cámara, que incluye numerosos aliados del Tea Party, pronto tendría que escoger entre provocar el primer cierre parcial del gobierno en casi dos decenios, o marcharse de la confrontación con las manos vacías.
Pero los republicanos de la Cámara siguieron adelante con su intento más reciente por obtener una concesión de la Casa Blanca, a cambio de mantener el gobierno funcionando normalmente. También prometieron aprobar una ley que asegure que los militares reciban su paga, si se interrumpen las operaciones del gobierno.
“Creo que tenemos un programa ganador”, dijo el representante Hal Rogers, republicano por Kentucky y presidente de la Comisión de Asignaciones, después de días de discordia que enfrentaron al presidente de la Cámara, John Boehner, republicano por Ohio, y su liderazgo, contra los conservadores respaldados por el Tea Party.
Otro republicano, el representante Darrell Issa, de California, reaccionó con furia al preguntársele si apoyará un proyecto de ley independiente, si es necesario para evitar un cierre del gobierno. “¿Cómo se atreve a suponer que habrá un cierre del gobierno? ¿Cómo se atreve?”, dijo.
Por su parte, el representante Marlin Stutzman, republicano por Indiana, dijo: “El Obamacare se basa en un gobierno sin límites, la arrogancia de la burocracia y no tomar en cuenta la voluntad del pueblo”.
Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en la Cámara, ha insistido en que ese foro no aprobará un proyecto de ley que altere la legislación sobre los servicios médicos.
La medida de los republicanos contempla asignar al gobierno fondos para operar hasta el 15 de diciembre. La versión del Senado lo limita al 15 de noviembre.
En su mensaje semanal por radio e internet, Obama acusó a los republicanos de la Cámara Baja de estar más preocupados por “apaciguar a una facción extremista de su partido que en trabajar por aprobar un presupuesto”.
Antes de que surgiera la noticia sobre el nuevo plan, los legisladores acudieron a la Cámara de Representantes, donde era posible escuchar las exhortaciones para alcanzar una solución negociada mientras se tomaba la lista de los presentes.
“Tengo una espina dorsal de titanio. Déjenlos que nos echen la culpa, déjenlos hablar; no hay problema”, afirmó la representante republicana Marsha Blackburn sobre las acusaciones demócratas de que el Partido Republicano será el culpable si el gobierno se paraliza.
Dijo que su partido quiere que el gobierno siga funcionando, pero también desea reducir su tamaño y “demorar, quitar fondos, rechazar y reemplazar el Obamacare”, como se conoce popularmente la ley de salud de Obama.
Hay pocas dudas de que Reid tiene los votos necesarios para bloquear el retraso de la implementación de la ley de salud. Y parece que las oportunidades de los republicanos para lograr una concesión se centran en el impuesto a los dispositivos médicos, que se incluyó en la ley para ayudar a pagar sus costos.
El impuesto de 2,3%, que entró en vigor en enero, se grava a dispositivos como marcapasos y tomógrafos. Eliminar ese impuesto le costaría al gobierno una cifra calculada en $29 mil millones de dólares durante los próximos 10 años.