Crisis en Washington daña imagen republicana con latinos
La imagen de los republicanos se ha deteriorado debido a la actual crisis de gobierno, según las encuestas
Durante la actual crisis del presupuesto y la deuda en Washington dos prominentes senadores republicanos hispanos, antes unidos en la misma causa e impulsados originalmente por la ultraconservadora facción llamada “Tea Party”, han ido separando caminos: Ted Cruz, de Texas y Marco Rubio, de Florida, ya no parecen estar hablando el mismo idioma.
Sus respectivos discursos este viernes en la “Cumbre de Valores de Votantes”, una conferencia organizada por cristianos ultraconservadores del mundo político celebrada en Washington, fueron notablemente diferentes: Cruz aseguró que los republicanos están ganando la partida en la crisis de Washington y que su estrategia es la correcta.
Rubio no hizo mención alguna de la Ley de Reforma de Salud o del cierre del gobierno, concentrando su discurso en temas religiosos y en declarar que “Cristo es redentor”.
Ambos son presuntos candidatos presidenciales republicanos pero también representan la división que existe dentro del partido republicano en torno a cuales deben de ser sus temas políticos primordiales. Rubio fue co patrocinador de la reforma migratoria que aprobó el senado en Junio mientras que Cruz trató de torpedearla de todas las maneras posibles.
Cruz ha sido protagonista de la crisis que ha llevado al “cierre” del gobierno (que es en realidad una forma de decir que no hay presupuesto para operarlo) y Rubio se ha mantenido por debajo del radar, sin un papel prominente en la lucha o las negociaciones. Columnistas y observadores políticos creen que ambos lo hacen por la misma razón: conveniencia política.
“El camino de Rubio hacia la candidatura presidencial se basa cada vez más en ser aceptable para el electorado en general mientras que el de Cruz es el de ganar la primaria echándole carne roja a la base ultraconservadora”, analizó la profesora de la Universidad de Texas, Victoria DeFrancesco Soto.
Curiosamente, mientras el discurso de Cruz fue interrumpido media docena de veces por manifestantes pro reforma migratoria, Rubio, quien habló poco después, no tuvo interrupciones y cuando subió al estrado bromeó “espero que los manifestantes se hayan ido con Cruz”. Y así fue.
Entretanto, las encuestas encuentran que el partido republicano en general queda mal parado con esta crisis mientras que el Presidente Obama ha estabilizado y aún elevado ligeramente su nivel de aprobación y el de la Ley de Reforma de Salud.
Cada vez más republicanos se alejan de la estrategia de Cruz y algunos, como el senador John McCain, de Arizona, dicen directamente que es equivocada y que mintieron quienes aseguraron a su base que podrían ganar esta lucha ligando la ley de salud al presupuesto.
“Tenemos un nivel de aprobación de 24%, un nivel sin precedentes”, dijo McCain en el canal Fox este viernes. “Eso debe preocuparnos”.
La mencionada encuesta de NBC-Wall Street Journal reveló que mientras los republicanos bajaron en aprobación, la ley de salud aumentó y que los estadounidenses se oponen por amplia mayoría a que se una dicha ley a las negociaciones del presupuesto o la deuda. Un 11% de la muestra de dicha encuesta era de población latina.
Y mientras el Comité Nacional Republicano anunció este pasado lunes que sigue adelante con su plan de cortejar a los latinos al contratar a personal en siete estados que estará dedicado a la tarea, la crisis en Washington y el rol de Cruz y el liderazgo republicano no ayudan en nada a mejorar las relaciones con los hispanos, que según encuestas están entre los grupos que más apoyan la ley de salud.
“El problema de los republicanos con los latinos tiene que ver con la ideología y con la política racial”, dijo Sherry Bebitch Jeffe, politóloga de la Universidad del Sur de California (USC). “La facción del partido que está dominando ahora es la que tiene miedo del cambio demográfico y eso no ayuda a sanar esa relación”.
El cierre del gobierno y los ataques a programas sociales que ayudan a los latinos o con los cuales la mayoría de los latinos simpatizan tampoco ayuda a la “marca republicana”, indicó Jeffe.