Tal como en ‘El Padrino’

El presidente Barack Obama ya le advirtió a los republicanos que no aceptará condiciones que incluyan quitarle fondos a la reforma de salud.

El presidente Barack Obama ya le advirtió a los republicanos que no aceptará condiciones que incluyan quitarle fondos a la reforma de salud. Crédito: Archivo / AP

Política

Nos acercamos a la tercera semana del cierre del Gobierno federal sin avizorarse una solución a corto plazo. El panorama político es simple, un presidente que parece no estar dispuesto, esta vez, a ceder a las exigencias de los extremistas del Tea Party; un Senado en el que se nota un compromiso real de trabajar de manera bipartidista; y, una Cámara de Representantes que parece más bien una casa de locos.

Y es de los republicanos de la Cámara Baja dónde salió esta postura de cerrar el Gobierno si no se cedía a la pretensión de…, ya no sé desde que punto de vista enfocarlo, porque al principio la idea era detener Obamacare, pero desde ahí y con el paso de los días han ido cambiando de exigencias casi a diario, como esos adolescentes confundidos que no saben lo que quieren, pero lo quieren ya.

La pregunta del millón de dólares es: ¿cuando las hormonas le dijeron a estos “adolescentes” que había que cerrrar el Gobierno, tenían un plan?

Parece que no, y como buenos adolescentes no pensaron en las consecuencias.

Las encuestas señalan que este cierre del Gobierno ha provocado que la opinión pública se incline a favor de los demócratas y que mire a los republicanos como un partido divisionista, obstruccionista e incapaz de trabajar en beneficio del país.

No es secreto que soy un ferviente admirador de la saga El padrino, y me voy a permitir tomar prestado de la escritora de opinión del diario Washington Post Kathleen Parker, una comparación que me parece exacta.

La situación del Partido Republicano en la Cámara Baja se podría comparar a lo que ocurría en la película. Por un lado Sonny, el atarantado hijo de don Vito que tomaba decisiones impulsivas sin considerar lo que se podía venir; y por el otro lado, Michael, el estratega que meditaba cuidadosamente cada paso y que tenía la visión de planear siempre pensando en lo que podía ocurrir mañana. Supongo que sobra decir que el Tea Party es la fiel representación de Sonny, y que los republicanos moderados son el reflejo de Michael.

El problema es que hasta hoy, el Don es Sonny, Michael es todavía el outsider que tiene poco peso en las decisiones de la famiglia.

Pero ya sabemos como terminó Sonny, muerto a balazos. Mientras el poder de su hermano Michael duró varias décadas.

Esta es la fe que enfrentan los republicanos. La estrategia está fallando, y si no sienten la arremetida de las balas en el 2014, tengan la seguridad que la van a sentir en el 2016.

Sonny tiene que morir para que tome el control del partido el sentido común. Si los líderes y los moderados del Partido Republicano no rescatan su tienda política de las manos del Tea Party, el futuro que les espera va a ser trágico, y lo peor es que en su testarudez y miopía están llevando al país hacia un despeñadero.

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