Maltrato al migrante

La masacre de San Fernando, en el que 193 personas, en su mayoría de Centroamérica, fueron asesinadas en 2011, exhibió a México en su maltrato a migrantes irregulares

Migrantes usan a "La Bestia" para transportarse en su paso por México, y sufren extorsiones y maltratos.

Migrantes usan a "La Bestia" para transportarse en su paso por México, y sufren extorsiones y maltratos. Crédito: Archivo / EFE

enlace

Entre 1939 y 1942, México le dio asilo a casi 25 mil refugiados de la Guerra Civil Española. Fue una política humanista que inició el entonces presidente Lázaro Cárdenas para abrir las puertas a todos aquellos que luchaban contra el fascismo de Franco.

Es bien sabido que junto a los campesinos, obreros y empresarios que llegaron en barco a las costas mexicanas había también una lista de científicos e intelectuales que enriquecieron de manera invaluable el panorama académico y cultural de México.

Algunos de los más sobresalientes incluían al cineasta Luis Buñuel, a la pintora Remedio Varo y a los poetas León Felipe y Luis Cernuda. Entre los refugiados se encontraba también un grupo de 500 niños que habían quedado desamparados.

En la década de los setenta, el presidente Luis Echeverría quiso continuar con esa política de apertura y por ello su Gobierno recibió a miles de peruanos, chilenos, argentinos y uruguayos, muchos de ellos intelectuales perseguidos por las dictaduras militares de sus respectivos países.

Dentro de México, sin embargo, Echeverría combatía a los grupos de izquierda mediante la llamada Guerra Sucia. Con todo y estas contradicciones, hasta ese entonces México tenía la imagen en el exterior de ser un país abierto a los perseguidos políticos extranjeros. Esta imagen, obviamente, no sólo ha quedado en el pasado sino que hoy resulta difícil de creer cuando vemos los abusos que sufren los centroamericanos que pasan por México ante la mirada impasible de las autoridades y, en algunos casos, incluso con la complicidad de estas.

El caso de la masacre de San Fernando,Tamaulipas, en el que al menos 193 personas, en su mayoría de Centroamérica, fueron asesinadas por Los Zetas en 2011, exhibió a México como uno de los peores países en el trato a los inmigrantes irregulares.

Ante el descrédito mundial, las autoridades mexicanas prometieron hacer justicia e implementar cambios para evitar nuevas tragedias, pero la realidad es que nada ha mejorado.

En el escenario de la violencia desenfrenada y el total desapego al estado de derecho que se vive el país vecino, los centroamericanos son el grupo más vulnerable y vejado.

Al Gobierno mexicano le han faltado voluntad y visión política para combatir este problema. Al igual que ocurre hoy en Estados Unidos, en lugar de ver a los inmigrantes como individuos valiosos, se pasa por alto la historia y se les ve como indeseables. Lo más grave es que mientras siga este enfoque México dejará pasar una ocasión de oro para desarrollar su frontera sur.

Si el Gobierno tuviera imaginación, debería sentarse con los mandatarios de Centroamérica para firmar acuerdos económicos que fomenten la inversión y los empleos en esa zona.

Con ello no solo se frenarían los abusos contra los indocumentados sino que muchos optarían por no emigrar y, de paso, se le daría una lección a Estados Unidos de cómo se debe trabajar con los países vecinos.

En esta nota

EstadosUnidos México migrantes
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain