Reaparecen a las de Ciudad Juárez

SAN FRANCISCO.— Un día, Diane Kahlo comenzó a buscar con obsesión las fotografías de mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez, a través de buscadores en internet. “Sentía que debía hacer más”, relataba, por las miles de chicas que como designio fatal del nuevo milenio dejaron de regresar a casa y luego encontradas torturadas y sin vida en algún paraje del desértico norte de México.

El encuentro con Kahlo sucede en una de las galerías del Mission Cultural Center (MCCLA), donde montó la instalación “Muro de los recuerdos: las mujeres desaparecidas de Juárez”, integrada por una serie de retratos en pequeño formato, un fresco con una Virgen de Guadalupe en tamaño real y rasgos más humanos que la orginal de la Villa, un esqueleto humano recostado, mariposas, corazones sagrados, velas, incienso y la proyección de un cortometraje reciente de Lourdes Portillo.

“Sentí que debía hacer más”, describió, frente al altar que instaló a esa virgen de Juárez, con 1.52 metros de altura —estatura promedio de una mexicana. “Comencé obsesivamente a buscar fotografías en internet, quería hacer tantos retratos como fotos iba encontrando. Quise hacerlos en un formato pequeño, como un tesoro preciado, para que la gente tuviera que aproximarse a la pared y ver. Y la manera cómo están grabados los nombres en el marco, requiere que alguien dé un paso adelante para leerlo, quería personalizarlo así.

“Estas pequeñas caras son la hija de alguien, la hermana de alguien, y quería el impacto del número, que cuando entres puedas imaginarte cuántas son, pero esto es solo una fracción, tengo 110 chicas representadas aquí, lo cual es mínimo al número real”.

Los feminicidios en la fronteriza Ciudad Juárez, Chihuahua, comenzaron a emerger en 2001, noticias tras noticias de las desaparecidas, torturadas, mutiladas y asesinadas en la urbe de la maquila barata y paso también para estupefacientes ilegales que ingresan por ahí a Estados Unidos.

“Este asunto ha sido ignorado en los Estados Unidos”, observó Kahlo. “La gente no sabe de esto, por ejemplo en la región donde yo vivo, Kentucky, los asuntos fronterizos son desconocidos, ni se habla de ello, cuando justo a un lado de la frontera estos horribles asesinatos son cometidos contra mujeres. Nosotros nos aislamos de eso. La gente alza las manos cuando una joven rubia y adinerada desaparece, se vuelve noticia nacional y su imagen está en cada televisor y en cada periódico, pero en el otro lado de la frontera, en México, cientos, miles de chicas desaparecen”.

En los últimos años, las desapariciones no han sido exclusivas al territorio de Juárez, durante la administración de Felipe Calderón (2006-2012), fueron desaparecidos, y desaparecidas, 27,523 personas, según el conteo oficial que entregó la Secretaría de Gobernación a principios de este 2013. Y apenas en días recientes, el director de la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam, reconoció que el asunto de los no encontrados en México ha rebasado a las autoridades en el gobierno: “El problema de los desaparecidos nos rebasó en el ámbito interno”, dijo.

Como centro de la instalación de Diane Kahlo, luce una pintura de gran formato, que representa ala Virgen de Guadalupe, explicó: “Quería crear un espacio sagrado. Creí que era importante que estas niñas, estas víctimas, fueran recordadas de esa manera, así que hice una pintura de tamaño real de una Virgen de Guadalupe, “La Morenita”. Quería hacerla muy real también, quería que fuera más apegada a una mujer viva. Así que usé las fotos de las víctimas, por ejemplo, usé los ojos de una, las cejas de otra, la nariz y la boca, la forma de la cara, el cabello, porque quise que fuera una combinación de todos los rostros”.

La instalación de Kahlo fue organizada por YoSoy132BayArea, dentro de la exhibición de altares “Llanto de vida y muerte en el Distrito de la Misión”, abierta al público hasta el 22 de noviembre en galerías del MCCLA (2868 Mission St.), pero con una fiesta especial la noche del 2 de noviembre, de 6:00 a 9:00 p.m.

Por cierto, Diane es pariente lejana de la afamada Frida —por si acaso le sonaba conocido el apellido—, aunque en eso no quiso extenderse la artista.